lunes, 2 de noviembre de 2015

El proceso educativo no debe cualquierizarse ni reducirse en concepciones estomacales y de infraestructuras


Por. Nelly Amador
Opinión

La planificación, ejecución y la supervisión, son elementos claves en el accionar educativo, por eso siempre se dice que la educación no se puede politizar porque los procesos educativos se convierten  en demagogia y estamos sorprendidos cómo están llevando a la campaña electoral el problema de la tanda extendida, donde se plantean, según el presidente candidato, Danilo Medina, que en el 2016 todos los niños entran a la jornada educativa extendida. Nunca había oído tan grande locura, sin evaluar lo que ha pasado hasta hoy, sin corregir las grandes trabas y dificultades que mantienen las escuelas de jornada extendida, tales como: exceso de estudiantes, donde a cada profesor le ponen 50 y 60 muchachos por aula; el profesor trabaja a mano pelada, sin materiales, los muchachos sin libros; con un registro que no es posible llenarlo ni que le pongan tres ayudantes al profesor, y los maestros lo han bautizado con el nombre de la caligrafía.
 Otra gran dificultad es que los profesores están de manera presencial ante los alumnos desde que llegan hasta las 4 de la tarde, convirtiéndose en niñeros y ya para el tercer día no tienen voz y todo sin hablar de la falta de nombramiento del personal tallerista que debe acompañar a los profesores, y se pueda incluir las clases de idiomas, música, artes, deportes y una serie de actividades más que conforman el aprendizaje global que deben tener los y las estudiantes.
Si vamos a incluir a todos los niños del sistema, con el gran problema que hay con el desayuno, almuerzo y merienda escolar, que ya son repetibles las denuncias de comidas contaminadas, con gusanos, intoxicaciones de los estudiantes y una serie de dificultades más, pues para nadie es un secreto que esos alimentos no se preparan en las escuelas ni están involucradas las comunidades, a veces son llevados de lugares remotos, a cientos de kilómetros de los beneficiarios. Además que la mayoría de los centros no tienen resuelto el problema del agua ni para uso de las instalaciones y mucho menos para el consumo humano.
Por todo esto, creemos que es necesario hacer una profunda evaluación de lo que se tiene hasta hoy, con la distribución necesaria y a partir de ahí ir incorporando, mediante una verdadera planificación, pues no estamos haciendo un bien a la educación dominicana, si todo el proceso se reduce a darles un plato de comida o un pan duro a estos niños que requieren de una dieta alimenticia con todos los ingredientes y calidad, tal y como hemos acordado  en numerosas ocasiones.
Y por un populismo mediático, no es aconsejable decidir cuestiones de futuro, pues cuando pasen  4 ó 5 años querrán cargarles el dado a los maestros por las dificultades y los malos resultados del proceso.
Esta sociedad tiene que reflexionar, con la participación de todos los sectores y que se haga un levantamiento de la situación real. No es tan sólo dinamizar el sector agropecuario y demás, porque la educación no es simplemente comer. Y detrás de estas pretensiones se esconden otros propósitos. Así no, señores autoridades. No sigan haciendo promesas populistas que dañarán más a nuestro maltrecho sistema educativo.
Llamamos a los padres y madres para que se empoderen y sepan que deben participar en el manejo de ese 4% del Producto Interno Bruto –PIB--, procurando que su inversión se haga de acuerdo a las necesidades de las comunidades y no de los caprichos de funcionarios de turno.- 
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