jueves, 20 de marzo de 2025

Trump y Putin acuerdan un alto al fuego limitado a la infraestructura eléctrica de Ucrania tras larga y "cándida" conversación

 Redacción Central

¿Podrá Ucrania resistir por más tiempo la invasión rusa sin la ayuda de EEUU?

Noticias Univision'

EE.UU.-Las conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia "comenzarán de inmediato en Medio Oriente", según el comunicado de prensa distribuido por la Casa Blanca al final de la conversación telefónica que sostuvieron el presidente Donald Trump y su par ruso, Vladimir Putin.

De acuerdo con el texto, Trump y Putin "hablaron sobre la necesidad de paz y un alto el fuego en la guerra de Ucrania. Ambos líderes coincidieron en que este conflicto debe concluir con una paz duradera. También destacaron la necesidad de mejorar las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia".

La versión que el gobierno de Rusia ha presentado de la conversación indica que el presidente estadounidense "propuso una moratoria mutua de 30 días sobre los ataques contra la infraestructura energética. Vladimir Putin respondió positivamente a esta iniciativa e inmediatamente emitió las órdenes necesarias al ejército ruso".

La Casa Blanca lo describió como el primer paso de un "movimiento hacia la paz" que espera incluya un alto el fuego marítimo en el Mar Negro y el fin total y duradero de los combates.

Estados Unidos ha sido la principal fuente de apoyo militar de Ucrania desde que comenzó la invasión a gran escala de Rusia hace tres años. La suspensión de esa ayuda por parte del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, no significa que las defensas de Ucrania vayan a colapsar rápidamente. Pero sí representa un golpe importante que amenaza con eliminar algunas de las armas más formidables en el arsenal de Ucrania en el campo de batalla.


Washington proporciona aproximadamente el 20% de los suministros militares de Ucrania. Eso incluye el equipo más letal e importante, misiles de gran alcance y los sistemas de defensa aérea llamados Patriot que pueden derribar los proyectiles rusos más poderosos.

La asistencia militar estadounidense también va mucho más allá de las armas y las municiones. Las tropas ucranianas dependen de sistemas de comunicación por satélite suministrados por Starlink de Elon Musk para comunicarse en la primera línea de batalla y de la inteligencia estadounidense para rastrear los movimientos de las tropas rusas y seleccionar objetivos para los ataques ucranianos.

El presidente Trump también suspendió ese tipo de ayuda la semana pasad. El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), John Ratcliffe, dijo que la suspensión era una “pausa” al intercambio de inteligencia con Ucrania, cortando el flujo de información vital.

¿Por qué Trump tomó esa decisión?

La decisión se produjo luego de una reunión explosiva con entre Trump y Volodymyr Zelensky, en la que Trump y el vicepresidente estadounidense, JD Vance, dijeron que no había expresado suficiente gratitud por el apoyo estadounidense.

La Casa Blanca afirmó que Estados Unidos está “suspendiendo y revisando” su ayuda a Ucrania para “asegurarse de que esté contribuyendo a una solución”.

Ratcliffe dijo que Trump quería saber si Zelensky era serio en sus comentarios acerca de lograr un acuerdo de paz y la orden permanecerá en vigor hasta que Trump determine que Ucrania ha demostrado un compromiso con las negociaciones de paz con Rusia.

¿Qué pasará con las armas que estaban en camino a Ucrania?

No está claro por el momento. La orden de Trump que suspende la ayuda que incluye asistencia militar y armas que ya habían sido aprobadas y estaban en camino a Ucrania, según un funcionario de defensa.

El funcionario, que habló con la agencia AP bajo condición de anonimato para discutir deliberaciones en curso, dijo que no estaba claro qué armas incluye eso o cuánto de la ayuda fue detenida incluso mientras se dirigía a Kyiv.

Desde que comenzó la guerra, Estados Unidos ha utilizado dos formas principales para proporcionar asistencia de seguridad a Kyiv: una autoridad conocida como PDA por sus siglas en inglés que toma armas y suministros de los almacenes del Pentágono y los envía rápidamente al frente, y la Iniciativa de Asistencia de Seguridad de Ucrania (USAI, por sus siglas en inglés), que utiliza contratos a más largo plazo para enviar armas.

El funcionario dijo que algunas armas aprobadas por el gobierno del expresidente Joe Biden en los últimos meses que se estaban proporcionando a través de la PDA se vieron afectadas por la suspensión de Trump, pero no hay detalles disponibles.

Como ejemplo, un paquete de ayuda de 500 millones de dólares fue el último aprobado en enero, antes de que el presidente Biden dejara el cargo. Incluía misiles para defensa aérea, sistemas de puente de municiones y otro equipo. Los funcionarios no sabían cuánto de esa ayuda ya había llegado a Ucrania y cuánto, si es que alguna, ha sido pausada.

¿Qué pasará con las armas que estaban en camino a Ucrania?

No está claro por el momento. La orden de Trump que suspende la ayuda que incluye asistencia militar y armas que ya habían sido aprobadas y estaban en camino a Ucrania, según un funcionario de defensa.

El funcionario, que habló con la agencia AP bajo condición de anonimato para discutir deliberaciones en curso, dijo que no estaba claro qué armas incluye eso o cuánto de la ayuda fue detenida incluso mientras se dirigía a Kyiv.

Desde que comenzó la guerra, Estados Unidos ha utilizado dos formas principales para proporcionar asistencia de seguridad a Kyiv: una autoridad conocida como PDA por sus siglas en inglés que toma armas y suministros de los almacenes del Pentágono y los envía rápidamente al frente, y la Iniciativa de Asistencia de Seguridad de Ucrania (USAI, por sus siglas en inglés), que utiliza contratos a más largo plazo para enviar armas.

El funcionario dijo que algunas armas aprobadas por el gobierno del expresidente Joe Biden en los últimos meses que se estaban proporcionando a través de la PDA se vieron afectadas por la suspensión de Trump, pero no hay detalles disponibles.

Como ejemplo, un paquete de ayuda de 500 millones de dólares fue el último aprobado en enero, antes de que el presidente Biden dejara el cargo. Incluía misiles para defensa aérea, sistemas de puente de municiones y otro equipo. Los funcionarios no sabían cuánto de esa ayuda ya había llegado a Ucrania y cuánto, si es que alguna, ha sido pausada.

¿Cuál sería el impacto en el campo de batalla en Ucrania?

La pausa en la ayuda debilitará las defensas aéreas y perjudicará la capacidad de Ucrania para impactar objetivos rusos muy detrás de las líneas del frente, pero todo depende cuánto tiempo más Estados Unidos frene la ayuda militar y el flujo de inteligencia.

Si Estados Unidos deja de compartir datos de satélites y otros activos, afectaría gravemente la capacidad de Ucrania para contraatacar a Rusia. Los otros aliados de Ucrania carecen de los recursos para llenar el vacío.

“Mucho dependerá de lo que cubra la suspensión estadounidense” y cuánto dure, señaló Malcolm Chalmers, director adjunto del grupo de expertos en defensa RUSI. Suspender toda la asistencia técnica a Ucrania "tendría un impacto más dramático y rápido que simplemente detener el flujo de armas”.

Ucrania podría pronto estar recibiendo inteligencia de Estados Unidos una vez que Zelensky le demuestre a Trump que habla en serio acerca de participar en conversaciones en los términos de Trump, dijo el asesor estadounidense de seguridad nacional Mike Waltz el miércoles pasado en el programa Fox & Friends del canal Fox News.

Qué pueden cubrir otros países ante el freno a ayuda de EEUU a Ucrania

Alexander Kots, un bloguero de guerra ruso, señaló que para Ucrania, “la suspensión de la ayuda de Estados Unidos es desagradable, pero no mortal”. Dijo que, si bien los aliados europeos de Ucrania pueden llenar algunos de los vacíos y proporcionar sistemas de artillería, no tienen alternativas a los sistemas de defensa aérea fabricados en Estados Unidos y a los sistemas de misiles HIMARS de mayor alcance que pueden atacar objetivos en tierra hasta 200 millas de distancia.

Ucrania ya está quedándose sin misiles para los sistemas Patriot suministrados por Estados Unidos, que son cruciales para defender las ciudades de los ataques aéreos rusos, según Patrick Bury, un experto en guerra de la Universidad de Bath en Reino Unido.

“El problema es que gran parte de lo que proporciona Estados Unidos es lo que Europa no puede, y otros países no pueden, proporcionar a corto plazo: cosas de alta gama”, explicó.

Ucrania tiene reservas de proyectiles de artillería y otras municiones, y ha aumentado la producción nacional de drones, que ahora se encuentran entre las armas más importantes en la guerra. Se estima que poco más de la mitad del equipo militar utilizado por Ucrania es producido localmente.

Chalmers, el experto de RUSI, dijo que los ucranianos han desarrollado su producción de defensa y “están innovando a un ritmo increíble debido a la presión que enfrentan”. “Creo que sobrevivirán durante bastante tiempo”, comentó. “Pero es un golpe material y también es un desafío para Europa”.

¿Qué han prometido otros aliados de Ucrania para ayudar al país?

Una cumbre celebrada en Londres el 2 de marzo tenía como objetivo hacer que los líderes europeos se comprometieran a poner a Ucrania en la mejor posición posible antes de las posibles conversaciones de paz.

Reino Unido anunció que destinará 1,600 millones de libras (2,000 millones de dólares) en financiamiento de exportación para suministrar 5,000 misiles de defensa aérea. La Unión Europea ha propuesto un plan de 800,000 millones de euros (841,000 millones de dólares) para reforzar las defensas de las naciones de la UE y proporcionar a Ucrania músculo militar.

Pero Samir Puri, director del Centro para la Gobernanza Global y la Seguridad en el grupo de expertos en asuntos internacionales en Chatham House, dijo que la ayuda europea y estadounidense están entrelazadas.

“Esto siempre fue un esfuerzo conjunto”, señaló. “Estados Unidos da mucho, los europeos dan mucho. Si quitas a los estadounidenses de ese esfuerzo conjunto (...) hay un componente enorme que falta en la estructura”.

El Gobierno de Trump desestima una demanda contra ley que faculta a la policía de Texas para detener a indocumentados

Redacción Central


EE.UU.- El Gobierno que preside Donald Trump ha desestimado una demanda que interpuso la Administración de Joe Biden contra Texas por una ley estatal que permitiría a la policía local arrestar a los inmigrantes que entren ilegalmente en el país, días después de que desestimara demandas contra leyes similares en Iowa y Oklahoma.

El Departamento de Justicia, bajo la Administración Biden, había demandado a Texas por considerar que la ley, conocida como Proyecto de Ley del Senado 4 (SB4, por sus siglas en inglés), era inconstitucional y pretendía sustituir a la autoridad federal.

Firmada por el gobernador republicano, Greg Abbott, en 2023, la ley permitiría a las fuerzas del orden arrestar a los inmigrantes por cruzar hacia Estados Unidos sin autorización y conferir a los jueces la autoridad para ordenarles que abandonen el país. La medida entró en vigor durante unas pocas horas el año pasado antes de que una corte federal de apelaciones suspendiera su aplicación.

Abbott firmó el proyecto de ley para desafiar al Gobierno federal después de acusar a la Administración Biden de no implementar las leyes de inmigración.

¿Qué dicen los archivos del asesinato de JFK? Las pistas que buscan los expertos y la teoría que pueden derribar

Redacción Central









EE.UU.- En enero, en su tercer día en el cargo, el presidente Donald Trump ordenó liberar documentos de los Archivos Nacionales relacionados con los asesinatos de John F. Kennedy, su hermano Robert y el reverendo Martin Luther King. Como Trump declaró en campaña: “Han pasado 60 años, es hora de que el pueblo estadounidense conozca la VERDAD”.

La verdad es que nada en los archivos va a disipar la niebla de hipótesis, rumores y especulaciones que se arremolina en torno a estos asesinatos. Los asesinatos de la década de 1960 —el del presidente Kennedy en particular— siguen siendo la fuente y el paradigma del pensamiento conspirativo moderno, un estilo de argumentación con el que el actual presidente está apasionadamente comprometido. Cualesquiera que sean los detalles que surjan ahora, es poco probable que zanjen los debates en curso, los cuales versan menos sobre lo que ocurrió en Dallas en 1963 (o en Memphis y Los Ángeles cinco años después) que sobre el carácter del Estado estadounidense y la naturaleza de la propia realidad.

¿Kennedy fue asesinado por la mafia? ¿Por la CIA? ¿Fue una víctima temprana y liberal de lo que el conservadurismo moderno ha nombrado el Estado profundo? Mucha gente lo cree, y puede que haya preguntas sin respuesta en torno a su muerte. Pero hay una delgada línea entre el escepticismo y la paranoia, entre las conjeturas razonables y la invención descabellada. La imaginación estadounidense a menudo gravita hacia el lado más extremo de esa línea, y el asesinato de Kennedy fue una de las conmociones que nos empujaron a sobrepasarla.En 1963, ya íbamos en esa dirección. La sospecha formaba parte de la atmósfera de los años de la Guerra Fría, cuando lo que el propio Kennedy denominó la “lucha crepuscular” entre Estados Unidos y la Unión Soviética se vio acompañada por el rápido crecimiento del estado de seguridad estadounidense, que descansaba a partes iguales en el papeleo y el secretismo. Durante los años de McCarthy, el Sputnik y los escándalos de los concursos, la paranoia estaba en el aire.

El asesinato de Kennedy se integró casi inmediatamente en una estructura narrativa que ya había aflorado en la cultura popular y en la política, un modo de narración que trataba los acontecimientos públicos como expresiones de complots secretos. La novela de suspenso de la Guerra Fría de Richard Condon El candidato de Manchuria (publicado en 1959 y adaptado por Hollywood en 1962) y la novela de intriga experimental de Thomas Pynchon V se encuentran entre los ejemplos más conocidos de este estilo paranoico en la ficción estadounidense anterior al asesinato. (La expresión “estilo paranoico” procede de un influyente ensayo sobre el conspiracionismo político del historiador de la Universidad de Columbia Richard Hofstadter, pronunciado originalmente como conferencia poco antes del asesinato y publicado en Harper’s en 1964).

Ese mismo año, el informe de la Comisión Warren concluyó enfáticamente que Oswald fue el único tirador y el único responsable del asesinato de Kennedy. Sin embargo, el informe hizo cualquier cosa menos cerrar el caso. A lo largo de los años siguientes, la comisión se vio sometida a una corriente constante de revisionismo y refutación, llevada a cabo primero por periodistas y políticos y más tarde, quizá de forma más decisiva, por novelistas y cineastas.

Las versiones de la contranarrativa se filtraron a través de novelas y películas desde finales de la década de 1960, y cobraron fuerza en las de 1980 y 1990. Asesinos S.A. (1974), de Alan J. Pakula, aunque no trata explícitamente sobre Kennedy, presenta un panorama desolador y cínico de una élite estadounidense que devora a los suyos, dedicada solo a la conservación del poder y la militarización del engaño. Winter Kills de Condon, publicada en 1974 y llevada al cine cinco años después, es una variación oscuramente cómica de este tema, que atribuye la muerte de una figura similar a Kennedy a la podredumbre moral y la deshonestidad congénita de una clase dirigente que él había encarnado y traicionado.

Los desastres de Vietnam y Watergate, junto con las revelaciones sobre las actividades encubiertas de la CIA y el FBI, alimentaron una desconfianza hacia el Estado que se intensificaría tanto en la izquierda como en la derecha. Desde ambos bandos se consideró el asesinato como un acontecimiento central de la historia secreta de nuestro tiempo, un hilo suelto que, cuando se tirara de él, desenredaría una madeja de siniestras tramas en las que estaban implicadas agencias de inteligencia, la mafia, Howard Hughes, J. Edgar Hoover, Lyndon B. Johnson y diversas organizaciones clandestinas y actores misteriosos. La moraleja acumulada de estas historias era que nada era lo que parecía, y que las instituciones estadounidenses eran cuevas de traición y engaño.


En la comedia de béisbol de 1988 La bella y el campeón, el Crash Davis de Kevin Costner, en un monólogo que define al personaje, declara: “Creo que Lee Harvey Oswald actuó solo”. Eso es lo que diría un protagonista romántico inteligente, sexy y maduro interpretado por una estrella de cine prometedora. Tres años más tarde, Costner protagonizó JFK, de Oliver Stone, en el papel de Jim Garrison, el fiscal del distrito de Nueva Orleans de la vida real que llevaba un caso que implicaba a una vasta red de conspiradores, incluido el sucesor de Kennedy, Johnson. “Estamos a través del espejo”, dijo. “Lo blanco es negro y lo negro es blanco”. En 1991, eso era lo que diría un justo guerrero de la verdad interpretado por un doble ganador del Oscar.

El espíritu de la época de la conspiración estaba cambiando. Entre La bella y el campeón y JFK, Don DeLillo publicó Libra, su novela sobre Lee Harvey Oswald; Norman Mailer publicó su El fantasma de Harlot, de 1300 páginas, que pretendía ser el primer volumen de una crónica del espionaje estadounidense moderno que cosería el asesinato de Kennedy en una historia más amplia de operaciones encubiertas y traiciones; la Unión Soviética se derrumbó.

Ahora todo era un crimen interno. El asesinato de Kennedy seguiría siendo una fuente de fascinación por sí misma —afianza la sinóptica trilogía Underworld USA de James Ellroy y figura en la trama de numerosas novelas sobre espionaje y crimen organizado— y también se convertiría en una plantilla, un modelo para explicarlo todo.

A finales de la década de 1990, floreció internet, se estrenó Matrix en los cines y se aceleró la normalización del pensamiento conspirativo. El mundo en línea posterior al 11-S está repleto de “truthers”, escépticos libres que dudan por reflejo de lo que parece ser el relato obvio de los hechos. Que, por ejemplo, agentes de Al Qaeda secuestraron aviones contra el World Trade Center; que un hombre armado masacró a profesores y niños en una escuela de Connecticut; que Joe Biden ganó las elecciones de 2020 limpiamente; que seguidores de Donald Trump asaltaron el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.

En las redes sociales proliferan escenarios alternativos rebuscados y absurdos —que implican banderas falsas, operaciones encubiertas, máquinas de votación hackeadas y maquinaciones del Estado profundo— que se convierten en la base de pseudoinvestigaciones alimentadas algorítmicamente.

Las teorías espurias pueden refutarse una y otra vez —en los medios de comunicación, en testimonios jurados del Congreso, en los tribunales civiles y penales—, pero esa verificación de datos a menudo tiene el efecto de amplificar las falsedades. No es solo que no estemos de acuerdo en los hechos o en lo que significan, sino que carecemos de una definición común de lo que es un hecho. La desconfianza generalizada en la autoridad y la experiencia nos convierte en agentes libres epistemológicos, inventándonos el mundo a medida que avanzamos por él. Solo hacemos preguntas, realizamos nuestras propias investigaciones optimizadas por motores de búsqueda, nos amontonamos en comisiones Warren ad hoc de nuestra propia invención.

La navaja de Occam, el venerable principio filosófico según el cual la explicación más verdadera es probablemente la más sencilla, ha sido desechada. Vivimos en la era de la motosierra de Occam, en la que la respuesta preferida es la que hace más ruido y genera más escombros.

Richard Hofstadter advirtió que “hay una gran diferencia entre localizar conspiraciones en la historia y decir que la historia es, en efecto, una conspiración”. La historia reciente incluye a mucha gente que dice exactamente eso, de formas que hacen que el viejo estilo paranoico parezca completamente sensato.

Para cambiar la metáfora, puede parecer que el paisaje cívico no es más que madrigueras de conejos. Los conejos nunca volverán a meterse en los sombreros. La paranoia, en la definición de Hofstadter —en una frase que tomó prestada del historiador británico LB Namier— implicaba la falta de “un sentido intuitivo de cómo no suceden las cosas”, un sentido de que la historia se desenvuelve dentro de unos parámetros que se pueden conocer. Ese arraigo en la realidad se ha visto gravemente socavado, y ningún depósito de documentos va a restaurarlo.










Trump dice que quienes se autodeporten con la app CBP Home podrían volver después de forma legal. ¿Qué opinan expertos en inmigración?

Redacción Central


Noticia Telemundo.

EE.UU.- El presidente, Donald Trump, aseguró este miércoles en un video en su red social Truth Social que quienes se "autodeporten" usando la aplicación del Gobierno CBP Home podrían volver luego de forma legal.

"La gente que está en nuestro país de forma ilegal se puede autodeportar de la manera fácil o ser deportados de la manera difícil, y eso no es nada agradable", dice Trump en el video, grabado en la Oficina Oval en la Casa Blanca. Si se “autodeportan voluntariamente”, dice el presidente republicano, tendrían “la oportunidad de volver legalmente en algún punto en el futuro”. Pero, si no lo hacen, “serán deportados y no podrán volver nunca, nunca jamás” al país, agregó el presidente.

Pero, ¿qué implican realmente sus palabras y qué riesgos conlleva seguir esas sugerencias? “Tampoco es tan sencillo”, asegura la abogada de inmigración Claudia Bernal en entrevista telefónica a Noticias Telemundo.

[Trump sustituye la CBP One por una nueva app para “dar la oportunidad” a migrantes indocumentados para autodeportarse]

“Lo que el presidente no está aclarando es que todas estas personas que se autodeporten, van a hacer efectiva la sanción de tres o 10 años que se impone a quienes entraron acá indocumentados y se quedaron más de seis meses o más de un año, o que se quedaron más allá del tiempo que la visa les permite”, explicó Bernal. “Entonces estas personas están sujetas a una sanción y el autodeportarse o el registrarse a través de, o el hacerlo a través de, la aplicación, esto no va a cambiar”.

Liberan a un turista estadounidense tras pasar más de dos años detenido por los talibanes en Afganistán

 Redacción Central


EEUU.- Un estadounidense que estuvo detenido durante más de dos años por los talibanes en Afganistán ha sido liberado, según informó este jueves el secretario de Estado, Marco Rubio. La liberación fue negociada por Qatar.

George Glezmann, mecánico de Delta Airlines, fue capturado por los servicios de inteligencia talibanes en diciembre de 2022 y el Gobierno estadounidense lo declaró detenido injustamente al año siguiente. El hombre abandonó Kabul y va camino a Estados Unidos, según el comunicado de Rubio.

El secretario de Estado indicó que Glezmann regresaba a Estados Unidos para reunirse con su esposa, Aleksandra, y elogió a Catar por su firme compromiso y sus esfuerzos diplomáticos, que, según él, fueron fundamentales para lograr la liberación.

“La liberación de George es un paso positivo y constructivo”, declaró Rubio. “También es un recordatorio de que otros estadounidenses siguen detenidos en Afganistán. El presidente, Trump, continuará su incansable labor para liberar a todos los estadounidenses detenidos injustamente en todo el mundo”.

Glezmann regresa a Estados Unidos acompañado por Adam Boehler, quien ha estado gestionando el tema de los rehenes para la Administración Trump. Los talibanes revelaron el jueves que Boehler se había reunido para tratar el tema de los rehenes con una delegación que incluía al ministro de Asuntos Exteriores afgano, Amir Khan Muttaqi.

Trump firma orden para desmantelar el Departamento de Educación, un golpe a los estudiantes más desfavorecidos

Redacción Central

Presidente Donald Trump

Noticias exclusiba de Univision NY

EEUU.- La secretaria de Educación Linda McMahon dijo en una entrevista el martes por la noche que el despido de cerca de 1,300 de los más de 4,000 empleados es el primer paso para el cierre total del departamento.

"De hecho, lo es, porque ese fue el mandato del presidente", dijo McMahon en una enetervista con Fox News. "Su orden, claramente, es cerrar el Departamento de Educación, y sabemos que tendremos que colaborar con el Congreso para lograrlo", reconociendo que solo a través de una acción legislativa se podría concretar su cierre.

“Pero lo que hicimos hoy fue dar el primer paso para eliminar lo que considero una burocracia excesiva”, añadió McMahon.

Pero más que eliminar una burocracia excesiva, el despido masivo de empleados del Departamento de Educación pone en duda la capacidad de la agencia para continuar con sus operaciones habituales.

Defensores de la educación pública se preparan ahora para una batalla legal mediante litigios y acciones cívicas mientras el presidente prepara una esperada orden ejecutiva para su eliminación.

Según medios como The New York Times y The Washington Post, cerca de 600 empleados ya aceptaron ofertas para abandonar sus puestos de manera voluntaria, lo que elevaría el número de salidas a casi la mitad de la plantilla total que conformaba el Departamento hasta ahora.

“La reducción de personal de hoy refleja el compromiso del Departamento de Educación con la eficiencia, la rendición de cuentas y la garantía de que los recursos se dirijan a donde más importan: a los estudiantes, los padres y los docentes”, había dicho McMahon más temprano el martes en una declaración preparada.

Los empleados del departamento recibieron un correo electrónico este martes en el que se les informaba que su sede en Washington y sus oficinas regionales permanecerían cerradas el miércoles, con acceso prohibido, antes de reabrir sus puertas el próximo jueves.

La única razón dada para los cierres fueron "razones de seguridad" no especificadas.

Demócratas y defensores de derechos humanos han expresado reiteradamente su preocupación por el hecho de que estos recortes podrían afectar a los estudiantes en el país.

Sin embargo, las autoridades educativas afirmaron que el departamento continuará desempeñando funciones clave como la distribución de ayuda federal a las escuelas, la gestión de préstamos estudiantiles y la supervisión de las Becas Pell.

Gobernadores demócratas califican los planes de cerrar el Departamento de Educación de “catastrófe”

"El impacto negativo que esto tendrá en los niños, en cada niño individualmente, socavará nuestra capacidad, tanto en innovación como en economía, al acabar con el principio mismo que distingue a Estados Unidos del resto del mundo: la idea de una educación igualitaria", declaró el gobernador de Minnesota Tim Walz, en una conferencia de prensa el miércoles

Walz, quien trabajó por años como maestro de escuela y fue además fue el compañero de fórmula de la exvicepresidenta Kamala Harris en las pasadas elecciones presidenciales, advirtió que la medida podría dejar a las escuelas en barrios de bajos ingresos en una situación difícil.

“Miren, todos sabemos que, cuando esto sucede, si las escuelas se quedan sin recursos, recurren a referendos, y si están en barrios ricos con altos impuestos a la propiedad, aprueban referendos y financian lo que haga falta. ¿Y si no? Se quedan sin recursos”, dijo Walz.

“Linda McMahon bien podría ser la persona menos calificada que jamás haya hablado sobre las escuelas públicas en la historia de este país”, añadió Walz, refiriéndose a la recientemente confirmada Secretaria de Educación de Trump. "Dice que despidió a la mitad de los empleados, pero solo a los malos, pero se olvidó de uno. Sin duda, se olvidó de uno, de ella misma", concluyó Walz.

Las declaraciones de Walz se produjeron después de una reunión virtual con sus colegas Matt Meyer, de Delaware, y Tony Evers de Wisconsin, ambos también exeducadores, quienes al igual que Walz mostraron su malestar por los planes y medidas del gobierno de Trump en relación al Departamento de Educación.

"Lo siento, pero eso es una tontería", dijo Evers, quien fue maestro, director de escuela y superintendente escolar, también en una rueda de prensa el miércoles.

"Conozco a los niños de Wisconsin y a nuestras escuelas; eliminar el Departamento de Educación de EEUU e implementar recortes devastadores en la educación pública sería una catástrofe, así de simple", agregó Evers.

Por su parte, Meyer dijo también en una rueda de prensa el miércoles, que aunque está totalmente a favor de reducir la burocracia, “no podemos hacerlo a costa de nuestros hijos y sus familias”.

Trump ya prometió en campaña que cerraría el Departamento de Educación

Los despidos forman parte de una drástica reducción de personal ordenada por Trump para reducir la influencia del gobierno federal.

Durante la campaña electoral, el presidente prometió cerrar el departamento, afirmando que había sido dominado por "radicales, fanáticos y marxistas".

McMahon ya había instado a los empleados a prepararse para profundos recortes en un memorando emitido el pasado 3 de marzo, el día en que fue confirmada para su puesto por el Senado.

Aseguró que la “misión final” del departamento era eliminar la burocracia y transferir la autoridad de la agencia a los estados.

En su audiencia de confirmación. McMahon reconoció que solo el Congreso tiene la facultad de abolir la agencia. Sin embargo, advirtió que podría verse obligada a realizar recortes y una reorganización.

La titular del departamento declaró entonces a los legisladores que su objetivo no era recortar la financiación de los programas básicos, sino hacerlos más eficientes.

Sin embargo, incluso antes de los despidos, el Departamento de Educación era ya una de las agencias más pequeñas a nivel de gabinete. Su plantilla incluía a 3,100 personas en Washington DC y otras 1,100 en oficinas regionales de todo el país, según el sitio web del departamento.

Los empleados del departamento se habían enfrentado a una creciente presión para renunciar a sus puestos desde que Trump asumió el cargo.

Primero se les ofreció un programa de renuncia diferida y después una oferta de rescisión de $25,000 que venció el 3 de marzo.

La oferta de rescisión venía acompañada de una advertencia de que habría "despidos significativos en el futuro próximo".