Redacción Central
NACIONES UNIDAS. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció hoy que su asesor para Burundi, Jamal Benomar, viajará esta semana a Buyumbura para tratar de impulsar un diálogo en un país que está “al borde de la guerra civil”.
“Lo que hemos visto en los últimos días es estremecedor. El país está al borde de una guerra civil con peligro de arrastrar a toda la región”, dijo Ban en una conferencia de prensa.
La advertencia del diplomático coreano se suma a la hecha este martes por el alto comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, quien demandó “acciones urgentes” para frenar la tensión.
Según Ban, es necesario un “diálogo político” cuanto antes, algo que buscará impulsar su asesor especial para Burundi, con un viaje a la zona esta misma semana.
“Tenemos que hacer todo lo que podamos para prevenir una violencia masiva y actuar de forma decidida en caso de que estalle”, insistió el jefe de la ONU.
Ban abordará hoy la situación en privado con los miembros del Consejo de Seguridad, donde muchos países quieren acelerar los “planes de contingencia” para responder a un posible empeoramiento del conflicto, según dijo hoy la presidenta de este órgano, la embajadora estadounidense Samantha Power.
“No hace falta que diga lo horrible que la situación ha sido sobre el terreno. Todos hemos visto las imágenes”, dijo Power en referencia a los enfrentamientos registrados durante el fin de semana en la capital de Burundi, que dejaron cerca de un centenar de muertos.
La representante estadounidense defendió que los preparativos ante un eventual empeoramiento de la crisis no han sido suficientes hasta ahora y recordó que existen riesgos de que el conflicto adquiera un carácter étnico.
Según la ONU, unas 230.000 han huido en los últimos meses de Burundi y se han convertido en refugiados en República Democrática del Congo, Ruanda y Tanzania.
El pasado mes de abril se inició una serie de violentas protestas en Burundi, después de que el presidente Pierre Nkurunziza anunciase su intención de presentarse a las elecciones por tercera vez, algo prohibido por la Constitución.
Los comicios se realizaron en julio y Nkurunziza ganó las elecciones con un 69 % de los votos, un resultado que la comunidad internacional no ha reconocido por la falta de garantías durante su celebración.
La violencia no sólo no ha cesado desde las elecciones, sino que se ha incrementado, reavivando los temores sobre un nuevo conflicto étnico como el vivido entre 1993 y 2005.
NACIONES UNIDAS. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció hoy que su asesor para Burundi, Jamal Benomar, viajará esta semana a Buyumbura para tratar de impulsar un diálogo en un país que está “al borde de la guerra civil”.
“Lo que hemos visto en los últimos días es estremecedor. El país está al borde de una guerra civil con peligro de arrastrar a toda la región”, dijo Ban en una conferencia de prensa.
La advertencia del diplomático coreano se suma a la hecha este martes por el alto comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, quien demandó “acciones urgentes” para frenar la tensión.
Según Ban, es necesario un “diálogo político” cuanto antes, algo que buscará impulsar su asesor especial para Burundi, con un viaje a la zona esta misma semana.
“Tenemos que hacer todo lo que podamos para prevenir una violencia masiva y actuar de forma decidida en caso de que estalle”, insistió el jefe de la ONU.
Ban abordará hoy la situación en privado con los miembros del Consejo de Seguridad, donde muchos países quieren acelerar los “planes de contingencia” para responder a un posible empeoramiento del conflicto, según dijo hoy la presidenta de este órgano, la embajadora estadounidense Samantha Power.
“No hace falta que diga lo horrible que la situación ha sido sobre el terreno. Todos hemos visto las imágenes”, dijo Power en referencia a los enfrentamientos registrados durante el fin de semana en la capital de Burundi, que dejaron cerca de un centenar de muertos.
La representante estadounidense defendió que los preparativos ante un eventual empeoramiento de la crisis no han sido suficientes hasta ahora y recordó que existen riesgos de que el conflicto adquiera un carácter étnico.
Según la ONU, unas 230.000 han huido en los últimos meses de Burundi y se han convertido en refugiados en República Democrática del Congo, Ruanda y Tanzania.
El pasado mes de abril se inició una serie de violentas protestas en Burundi, después de que el presidente Pierre Nkurunziza anunciase su intención de presentarse a las elecciones por tercera vez, algo prohibido por la Constitución.
Los comicios se realizaron en julio y Nkurunziza ganó las elecciones con un 69 % de los votos, un resultado que la comunidad internacional no ha reconocido por la falta de garantías durante su celebración.
La violencia no sólo no ha cesado desde las elecciones, sino que se ha incrementado, reavivando los temores sobre un nuevo conflicto étnico como el vivido entre 1993 y 2005.