sábado, 22 de agosto de 2009

Jurado de premiación: la premiacion fue el resultado del análisis exhaustivo de las obras que componen la exposición








Por Elisa Amparo
Editora de Artes y Espectáculos

SANTO DOMINGO. Fernando Castro Flórez, Odalís Pérez, Rogelio Polesello, Alonso Cuevas y Sara Hermann, miembro del Jurado de Premiación, seleccionaron al joven artista Pascal Maccariello con el Gran Premio de la 25 Bienal Nacional de Artes Visuales 2009 por ser merecedor con todos los honores de este Premio, y por el rigor absoluto de su investigación plástica que va desde el video a las instalaciones y el dibujo, así como de su honda meditación sobre la corporalidad, el deseo y la cuestión de la “identidad”.
Afirmaron en el documento premial que Maccariello es uno de los más prestigiosos artistas dominicanos, con un mundo plástico propio, de gran radicalidad y enorme fuerza expresiva. Su obra está caracterizada por el misterio y la sugerencia, la poesía y el enigma. Gracias a sus planteamientos creativos descubrimos mundos plurales, sensuales e inquietantes.
El premio, consistente en un Diploma de Honor y la cantidad de RD$ 500,000 (quinientos mil pesos, moneda nacional) lo obtuvo por su obra “Acuario Voraz, de la serie mundos paralelos (Triptico)”.
Los demás premiados con un diploma y 250 mil pesos son: Por su pintura de estética neopop en la que se detecta un especial sentido del humor y una clara alusión a lo erótico, en un tiempo de enorme conflictividad política a: Luís E. Reyes Guzmán, por su pintura: Golden Years, niña buble para tiempos duble.
Por una pintura fresca y paradójicamente intrincada por la superposición de historias y personajes que provienen de lo mediático a: Joery Santos Gómez, por su pintura: Multipolaridad.
Por el trabajo simbólico, en la puesta en espacio del objeto visual y la conformación de un lenguaje ligado a lo social y a lo visible a: Miguel Ramírez, por su instalación: Odiseo.
Por una instalación en la que el artista emplea elementos de su propio discurso sobre la migración y lo traduce a partir de una lúcida composición del espacio, luz racionalizada y distribuida a: Fausto Ortiz, por su instalación: Laberinto.
Por una obra cargada de comentarios en torno a lo propio, al arraigo y a la mitificación. Por sus comentarios reflexivos en la pintura en torno al rol de la mujer desde la perspectiva autobiográfica a: Hulda Guzmán, por su pintura: Omega se casa con mi hermana.
Por un video de gran sutileza y contundencia, cargado de analogías simbólicas, contraposiciones y ambigüedades que demuestran el juego de roles en la sociedad contemporánea a: Jochy Muñoz, por su video-performance: Díptico.
Por su obra fotográfica en la que convierte un paisaje de basura con presencia humana en una suerte de naturaleza muerta en la que lo cotidiano está marcado por el signo de la catástrofe a: Ricardo E. Hernández, por su fotografía: Raw, controversial y espinoso.
Por el dinamismo de sus funciones y por la materialización de un lenguaje performático actual, específico y significante a: Sayuri Guzmán, por su performance: Toda la verdad.
Las menciones especiales se la llevaron Félix Sepúlveda, por su fotografía: Welcome to paradise
Limber Vilorio, por su dibujo: Anatomía del poder; Adelina Dore Eusebio, por su dibujo: Esto no es poesía; Jenny Gamundi y Dulce García, por el video: Etéreo; Gustavo Peña, por su pintura: Concierto de Aranjuez; José Levy, por su pintura: Boca Chica Beach; Nelson Ricart, por su fotografía: Detrás de los cristales y Soraya Abu’Naba, por su pintura: Planos de un pasado incierto.
Dicen que tanto la premiación, como las menciones son el resultado del análisis exhaustivo de las obras que componen la exposición, tomando en cuenta los criterios de pertinencia del discurso, de reflexión estética y de capacidad para contextualizar los problemas culturales locales en una época de importantes transformaciones globales.

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