Por la Redacción Central
Los Gobiernos de todo el mundo expresaron el sábado su solidaridad con Chile ante la devastación causada por un terremoto de magnitud 8,8 que dejó al menos 82 muertos, y se declararon dispuestos a enviar ayuda.
El Departamento de Estado de Estados Unidos manifestó sus "sentidas condolencias y plegarias por el pueblo y residentes de Chile que han sido golpeados por el desastre".
"Tenemos el compromiso de ayudar al pueblo de Chile así como a los estadounidenses que viven y visitan ese país cada año. Nos hemos comunicado y estamos listos para ayudar al gobierno de Chile tan rápida y efectivamente como podamos", expresó en un comunicado en Washington.
La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton preveía hacer escala en Chile durante una gira por cinco países de Latinoamérica la semana entrante, pero todavía no se indicó si cambiaría sus planes.
La vocera del Comando Sur del ejército de Estados Unidos, sargento Santita Mitchell, dijo que "por ahora estamos solo monitoreando qué sucede", pues para el envío de tropas de asistencia era necesario que Chile presentara una solicitud formal a través del Departamento de Estado, lo cual no ha ocurrido.
La jefa de política extranjera de la Unión Europea, Catherine Ashton, dijo que ese bloque "está preparado para ayudar al pueblo de Chile" y que los esfuerzos de asistencia europea estarán trabajando juntos para monitorear y evaluar la situación.
La funcionaria dijo que estarán en contacto con la presidenta Michelle Bachelet y su sucesor electo Sebastián Piñera.
En París, el presidente Nicolas Sarkozy "se enteró con gran emotividad del terremoto que golpeó a Chile anoche y causó un gran número de víctimas. En estas trágicas circunstancias, el jefe de estado y la nación francesa expresa su profunda solidaridad con el pueblo de Chile y sus autoridades", dijo la presidencia en un comunicado.
La presidenta argentina Cristina Fernández se comunicó telefónicamente con Bachelet y le ofreció "toda la ayuda necesaria", informó la agencia noticiosa estatal Télam.
En Quito, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras solidarizarse con el pueblo chileno, informó que la alarma de un posible tsunami en las costas de las islas Galápagos "ya pasó", pues con la onda expansiva "el mar avanzó sólo un metro".
En declaraciones al canal Ecuavisa, Correa agregó que pese a ello se monitorea la situación ante posibles réplicas. Los habitantes de las islas retornan paulatinamente a sus hogares luego de que en horas de la mañana se dispuso su evacuación hacia zonas altas.
El presidente de Bolivia Evo Morales dijo en una conferencia de prensa que era "gravísimo ver a nuestros hermanos latinoamericanos muertos por un terremoto".
"Siento que la naturaleza no aguanta las políticas que destruyen el medio ambiente, siento que la madre tierra se enoja", dijo Morales al destacar que como"hicimos con Perú y Haití, vamos a compartir lo poco que tenemos con el pueblo chileno".
En Panamá, el presidente Ricardo Martinelli expresó solidaridad al gobierno chileno y a los familiares de las víctimas del terremoto. "Nuestro más profundo pesar por este trágico acontecimiento y nuestro más sentido pésame a las familias de las víctimas", dijo el mandatario en un comunicado divulgado por la secretaría de comunicación del Estado.
En Bogotá, el gobierno del presidente Alvaro Uribe expresó su solidaridad con Chile y puso a disposición de ese país "la ayuda que puedan requerir las autoridades del hermano pueblo", según un comunicado de la cancillería divulgado en un correo electrónico.
Carlos Julio Gaitán, embajador de Colombia en Chile, aseguró desde Santiago a medios locales que aún no se habían reportado muertos entre los al menos 12.000 colombianos radicados en aquella nación.
La Dirección de Gestión del Riesgo, del Ministerio del Interior colombiano, aseguró en un comunicado que en la costa del Pacífico colombiano "no existe peligro de tsunami".
El terremoto se sintió en localidades tan remotas como Buenos Aires y Sao Paulo, está última ciudad a 2.900 kilómetros del epicentro, en donde la defensa civil dijo que recibió llamadas reportando un ligero temblor, aunque no reportó daños ni víctimas.
En el vecino Perú, el primer ministro Javier Velásquez declaró a la AP que "no se habían reportado secuelas de movimiento (telúrico) en el sur de Perú" y descartó que haya víctimas dentro del territorio nacional.
Indicó que la embajada de Perú iniciará un conteo de los peruanos residentes en Chile que podrían haber resultado afectados con el terremoto.
Los reportes más recientes indicaban que al menos 82 personas murieron debido al terremoto que destruyó edificios e infraestructura en las regiones centrales del país. Todavía no existían datos consolidados de heridos.
Bachelet dijo poco horas después de la tragedia que hasta ese momento Chile no estaba pidiendo ayuda internacional.
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