miércoles, 29 de septiembre de 2010

España en huelga: Transporte e Industria la mayores afectadas


Por Doris Araujo
Redacción Central

MADRID.- La huelga general convocada el miércoles en España contra la reforma laboral y la política económica oficial tenía impacto en los sectores de la industria y el transporte sin grandes incidentes, y con el Gobierno reafirmando que mantendrá su política económica.
En el inicio de una jornada de "normalidad" para el Gobierno y de "éxito" para las organizaciones sindicales los promotores del paro dijeron que la convocatoria ha logrado movilizar a más de 10 millones de trabajadores.
Esa cifra no podrá ser constrastada con los datos oficiales hasta la tarde, cuando el Gobierno dará sus propias cifras, refirió Reuters.
"Considerando que todavía faltan algunos sectores como el comercio, ahora mismo podemos hablar con tranquilidad de que se ha superado claramente el 70 por ciento de seguimiento", dijo José Javier Cubillo, secretario de organización de la Unión General de Trabajadores (UGT).
El Gobierno, por boca del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo que no facilitaría datos hasta el final de la jornada para no entrar en una guerra de cifras con los sindicatos.
Aunque mostró una disposición abierta al diálogo del Gobierno de cara al futuro, Corbacho reiteró declaraciones recientes del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que afirmaba que no se daría marcha atrás en las reformas y ajustes emprendidos.
Según datos de Red Eléctrica, el consumo eléctrico ha caído durante la madrugada casi un 19 por ciento respecto a un día normal.
"El bajón en el consumo confirma el éxito de la huelga", dijo Comisiones Obreras (CCOO), uno de los convocantes a la huelga, en su portal en Internet.
El paro, convocado para protestar contra la reforma laboral, el plan de modificar el sistema de pensiones en España y el ajuste del gasto, también repercute en el transporte público y los centros de distribución, como Mercamadrid.
En las calles del centro de la capital española prácticamente no circulaban autobuses, con largas colas en varios puntos de la ciudad, aunque en las zonas de oficinas se observaba una actividad similar a la habitual.
En la zona comercial del centro de Madrid, en torno a la Puerta del Sol, se concentraron decenas de piquetes en los horarios de apertura y la gran mayoría de las tiendas iba cerrando a su paso.
Pese a la satisfacción de los organizadores, en la calle no era difícil encontrar a trabajadores contrarios a una huelga considerada tardía o incluso inútil.
"Abro porque no estoy de acuerdo con la huelga, aquí cada uno va a su aire, incluidos los sindicatos", explicó Juan José Romero, de 58 años, mientras intentaba retirar unas pegatinas a favor del paro en la vidriera del local de loterías que regenta en el centro de Madrid.
"Decían que con Franco se vivía peor, que no había libertad y que era un dictador, y ahora quieren venir ellos y obligarnos a cerrar. Pues no, yo abro", agregó el comerciante.
Para no pocos observadores los sindicatos se juegan una credibilidad fuertemente dañada desde el inicio de una crisis en la que apenas han abanderado el malestar social de un país con 4,5 millones de parados.
Máxime, cuando algunas de las protestas que avalan la huelga ya han sido validadas por el Congreso, como la reforma laboral y recortes sociales.
"Vengo a trabajar porque esto de la huelga es una pantomima, es una forma que tienen los liberados sindicales de justificar su sueldo", explicó Teresa, joven vendedora de una tienda de productos de estética en Madrid.
"Ya está todo firmado y los sindicatos no han luchado antes por los derechos de los trabajadores, así que no estoy de acuerdo con una huelga ahora", agregó.
En la peor crisis económica desde la democracia, el escepticismo es habitual en gran parte de la población.
Paradójicamente, el gobierno socialista podría ver favorecida su imagen en los mercados tras una huelga que parece poner de manifiesto que no se doblegará ante las presiones sociales y seguirá aplicando una política centrada en reducir el déficit público.
Los sindicatos dijeron que hubo varias indicidencias en las puertas de las fábricas paralizadas, que arrojaron 13 heridos.
Se produjeron varios heridos en la Comunidad Valenciana y en Castilla y León, lo que "ha empañado la normalidad del inicio de la huelga", dijo UGT.
La Voz de Galicia informó que hubo una carga policial en las puertas de la fábrica de Citroën en Vigo y cortes de tráfico en varias carreteras de la región, con quema de neumáticos en una autopista de la provincia de Pontevedra.

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