lunes, 7 de febrero de 2011

Jeremías 15.19 nos fortalece


Por Familia Mondragon
Sección Opinión

Jeremías 15.19 Por Tanto, así dijo Jehová; si te convirtieres, yo te restaurare, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.
¡Que hermosas palabras de Dios al Profeta Jeremías y que apropiadas para nuestro tiempo! Es cierto que en este pasaje Dios está hablando a su pueblo en ese tiempo, pero también nos habla nosotros, muchos siglos después, pues la Palabra de Dios es Eterna y adecuada para cada tiempo.
El camino de Salvación de Dios y Su meta es liberarnos por medio de la nueva vida que nos dio en el momento que recibimos la nueva vida en Jesús, y es allí donde comienza la conversión verdadera de un cristiano, pues la meta de Dios es liberarnos (1) Del pecado, (2) de nuestra naturaleza y (3) y de sus aspectos pecaminosos; si nos volvemos a Dios, El promete hoy como en los tiempos de Jeremías, restaurarnos,(volvernos en la forma y para lo que originalmente fuimos formados) que estaremos en su presencia (por medio del Espíritu) y que si aprendemos a discernir (entresacar lo precioso de lo vil) lo bueno de lo malo, El promete que seremos su boca (Su Palabra, estará en nuestra boca).
Para que esto tenga lugar, nuestra conversión debe ser sincera, interior (de adentro hacia fuera) y los cambios deben reflejarse interior y exteriormente, pues con este propósito esta inspirado este devocional:1º.
Paso – Creer. Este primer paso lo damos cuando creemos en Jesucristo como único y suficiente Señor y Salvador, en nuestro Padre Celestial que lo envió y en el Espíritu Santo que nos dejó y que vive en nosotros; no basta solo con creer en Dios: todo el mundo cree en Dios, todas las religiones respetan, honran y veneran a un Dios.
(¿?) y algunos hasta dicen que Dios nos ama, seamos o no pecadores y que todos los caminos conducen a Dios, pero si esto fuera cierto, no tendría sentido que Dios hubiera enviado a su unigénito hijo Jesucristo a sufrir y morir, para después resucitarlo y darnos la esperanza de que nosotros también resucitaremos y tendremos con su hijo, vida eterna; no existiría La Biblia, ni las profecías, ni el pueblo judío y nuestra historia, seria seguramente muy diferente.2º.
Paso – Conocer. El conocimiento de La Palabra de Dios (La Biblia) es el segundo paso de una conversación; después de creer en Dios (a quien nadie ha visto, pero que Jesucristo ha dado a conocer) es necesario creerle a Dios y la única manera de saber lo que Dios piensa, hace y hará, es conociendo Su Palabra.
Cuando uno conoce La Palabra de Dios, cuando Su palabra está escrita en nuestra mente y nuestro corazón, Dios nos regala discernimiento, revelación y sabiduría y podemos usarla sabiamente para nuestra vida y para la vida de los demás.
3º. Paso – Obedecer. la obediencia es nuestro más bello adorno, ¿quien no ama a un hijo obediente? y obedecer a Dios, Su palabra y hacer lo que Dios espera que hagamos, es la mejor forma que tiene nuestro ser de agradar a Dios, por todo lo que ha hecho en nuestra vida, lo que nos ha dado y lo que hará en el futuro.
La única forma de constatar y experimentar la vida espiritual es a través de la obediencia y sujeción a la Palabra y Su autoridad delegada.Cuando cumplimos con estos tres pasos, podemos decir que estamos verdaderamente en el camino de la Santidad de Dios, que somos sus hijos y que tendremos vida eterna en Cristo Jesús, su Hijo; que somos restaurados, bendecidos y redimidos de Jesús El Cristo.¡Sonríe, Jesús te ama!

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