Celebran coloquio “Relaciones históricas entre la Santa Sede y el Estado dominicano”

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SANTO DOMINGO.- La Dirección de la XIV Feria Internacional del Libro realizó el coloquio: “Relaciones históricas entre la Santa Sede y el Estado dominicano”, en el bar Juan Lockward del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la participación de Cristina Aguiar, Viceministra de Relaciones Exteriores.
Además de Aguiar, participaron el ingeniero Rafael Marión-Landais, y el doctor Víctor Gómez Bergés, ex-embajadores ante la Santa Sede. La moderación del evento estuvo a cargo del diplomático de carrera Manuel Morales Lama.
Cristina Aguiar se refirió específicamente a la relación de la iglesia, a través de la historia, con los Estados y la Comunidad Internacional, estableciendo que la diplomacia pontificia es una gestión para la paz, y tiene un doble carácter, pastoral y diplomático.
Dijo que la diplomacia pontificia es social y tiene autonomía para la realización de su misión, la salvación de las almas. Habló de la personalidad jurídica eclesiástica institucional, que con su labor se tocan los principios que rigen todas las esferas del ser humano.
Se refirió también a la historia del término diplomacia y a las gestiones jurídicas de distintos pontífices en el envío de vicarios apostólicos y obispos a distintas regiones del mundo. Reveló que en la actualidad El Vaticano tiene relaciones con 168países, entre los cuales se cita a Israel, que es hebreo, y a algunos países musulmanes.
Por su parte, el doctor Víctor Gómez Bergés se refirió a los enfrentamientos del tirano Rafael Leónidas Trujillo con su Eminencia Reverendísima Lino Zanini, al final de esa era de terror que vivió la República Dominicana.
Explicó que las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado dominicano empeoraron luego de producirse el complot del 14 de junio y las conspiraciones contra el dictador, ocasión en que más de 30 jóvenes fueron apresados, incluidos hijos de funcionarios del gobierno.
Habló de la carta pastoral de la Iglesia Católica del 31 de enero de 1960, que se leyó en todas las iglesias y parroquias, en la cual se condenaba la represión desatada por el régimen.
De su lado, Marión-Landais planteó que tanto la Iglesia Católica como los gobernantes se necesitan mutuamente, aunque ambos estén ubicados en distintos contextos. Estimó que la vía diplomática es la mejor manera de trabajar en la solución de conflictos.
Destacó la importancia que revisten en el mundo de hoy los funcionarios de gobierno y las autoridades eclesiales como nuncios y embajadores.
Dijo que la iglesia no desea perder control de los aspectos esencialmente de la religión ni de su misión, incluyendo dogmas, sacramentos y otros aspectos de su interés, lo que se puede evidenciar al analizar el comportamiento eclesial en los últimos siglos.