jueves, 22 de septiembre de 2011

Bajo medida extricta: Aprobaron el E-Verify


Por la Redacción Central

WASHINGTON.- La aprobación bajo estrictas líneas partidistas del plan de nacionalización y obligatoriedad del E-Verify demuestra que los deseos republicanos de apelar al ala más dura y recalcitrante de esa colectividad superan cualquier consideración del daño que puedan ejercer a la industria agrícola o a los miles de trabajadores autorizados que puedan perder sus empleos por los errores en los bancos de datos en los que se basa el sistema.
Recordemos que según el autor del proyecto H.R.2885, Lamar Smith, congresista republicano de Texas y presidente del Comité Judicial de la Cámara Baja que aprobó el plan este miércoles en votación 22-13, la intención es usar el sistema para combatir la inmigración indocumentada “liberando” puestos de trabajo para los estadounidenses desempleados. Es decir, matar dos pájaros de un tiro.
No obstante, Smith enfrentó una mini revuelta del sector agrícola, de miembros de la base conservadora e incluso de congresistas republicanos como Dan Lungren, de California, por varias razones.
Primero, porque el E-Verify asestará un golpe a la ya maltrecha industria agrícola que depende en gran medida de mano de obra indocumentada y que no encuentra trabajadores autorizados que quieran realizar esa labor. Muchos agricultores han optado por dejar de sembrar o trasladar cosechas enteras a México y Centroamérica.
Por ejemplo, entre los años 2007 y 2008, un total de 1.56 millones de acres en Estados Unidos cesaron de producir cosechas.
 Se calcula además que los agricultores estadounidenses han trasladado cuando menos 84,155 acres de producción y con ello 22,285 trabajos a México para cultivar cosechas que antes se producían en Estados Unidos. Otras industrias sienten el efecto pues se calcula que por cada puesto agrícola que se pierde, Estados Unidos elimina otros tres puestos en industrias relacionadas.
De otra parte, si de algo se precian los republicanos es de oponerse a mayores regulaciones, a la intervención del gobierno con las empresas o de aplicarles más gravámenes y gastos. Sin embargo, su plan supone, por ejemplo, que las pequeñas empresas gasten hasta $2,600 millones anuales sólo en implementar este programa en lugar de destinar los fondos a la creación de empleos. Son las pequeñas empresas las que impulsan la creación de empleos, que es lo que requiere en estos momentos nuestra economía.
Lungren, quien ofreció sin suerte su propio plan de trabajadores temporales, votó al final a favor del E-Verify pese a haber indicado que “devastaría” la agricultura, no sólo de California sino del país. Unidad republicana a cualquier costo, aparentemente.
La gran pregunta es ¿qué hará el liderazgo republicano de la Cámara Baja? ¿Tomará en cuenta las preocupaciones formuladas por el sector agrícola y por muchos en su propia base? ¿Permitirán las fisuras internas de los conservadores que el proyecto llegue al pleno?
¿Hará honor a su presunta intención de remover regulaciones que impiden la creación de empleos cuando su plan de creación de empleos, el E-Verify, está repleto de regulaciones? ¿El deseo de atizar a la base antiinmigrante más recalcitrante es tal que pasarán por alto estas consideraciones?
Es posible, aunque no se había anunciado cuándo llegará la medida al pleno cameral enfrascado en el futuro de un plan de gastos que ha puesto a prueba al liderazgo republicano.
Con la aprobación del proyecto E-Verify se da luz verde a un proceso legislativo y político que todavía no se define. No sólo queda por ver qué hará la Cámara Baja y una vez se defina, ver qué hará el Senado que cuenta con una estrecha mayoría demócrata.
Y en el supuesto de que la medida avance, muchos ya se preguntan qué hará el presidente Barack Obama si el proyecto rebasa todos los obstáculos y llega a su escritorio. Obama ha dicho que el E-Verify sólo funcionará en el marco de una reforma migratoria amplia que todavía no se concreta. Ya veremos si el E-Verify se hace realidad primero

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