lunes, 12 de diciembre de 2011
Noriega retornó en silla de ruedas a una cárcel en Panamá
Por la Redacción Central
Fuente. Univision
PANAMA - El ex dictador Manuel Antonio Noriega retornó a casa el domingo extraditado desde Francia, dos décadas después de haber purgado condenas en prisiones en la nación europea y en Estados Unidos, y de inmediato fue llevado a su nueva cárcel en Panamá, a la que ingresó en silla de ruedas.
No se pudo ver la cara del ex hombre fuerte, de 77 años, a su regreso. Sólo se pudo observar cuando ingresó al anochecer al penal, en el que un agente de la policía lo ayudó a bajar de una camioneta y sentarse en la silla de ruedas. Entró tapado con una especie de abrigo.
El avión de la aerolínea Iberia con Noriega, custodiado dentro de la aeronave por agentes panameños y procedente de Madrid, aterrizó en el aeropuerto internacional de Tocumen hacia las 18:00 horas (23:00 GMT). El Airbus se desplazó varios minutos hacia un punto donde bajaron a los pasajeros y al anciano militar panameño.
Minutos después y ya en medio de la oscuridad, Noriega fue trasladado en un camión a un lugar de la pista donde lo recogió el helicóptero que salió con rumbo a la cárcel El Renacer, situada en medio de una zona selvática y a orillas del Canal Interoceánico, según mostraron imágenes de la televisión local.
En algunos edificios en el centro de la capital se escucharon toque de pailas y bocinazos de vehículos en las calles en señal de protesta. La antigua Cruzada Civilista, un movimiento opositor que se formó durante el régimen de Noriega, pidió que recibieran así al anciano militar como un gesto de repudio y para exigir que pague sus culpas en la cárcel.
Un grupo de 12 personas llegó a la entrada del centro penitenciario para manifestarse por el retorno del ex dictador. Eran familiares de los soldados fusilados por la rebelión militar del 3 de octubre de 1989 contra Noriega.
Una mujer gritó improperios contra el anciano militar. Los manifestantes desplegaron una pancarta en que se leía "Noriega, justicia, asesino".
Noriega fue extraditado el domingo por Francia y el vuelo de regreso desde París incluyó una escala en la capital española.
Regresa a su tierra natal después de que Estados Unidos lo expulsó del poder mediante una invasión el 20 de diciembre de 1989.
Muchos panameños se expresaron de acuerdo con su retorno para que rinda cuentas ante la justicia panameña por los crímenes que cometió, pero otros piden que lo dejen en paz e incluso mucha gente pobre en las calles recuerda que durante su régimen (1983-89) el país no estaba tan contaminado por la violencia y criminalidad como ahora.
"Noriega retorna y debe pagar por el daño y horror cometido al pueblo panameño", señaló el domingo el presidente Ricardo Martinelli, quien ganó los comicios del 2009, las cuartas elecciones democráticas celebradas tras la caída del ex dictador.
Noriega pasó de ser un aliado de Washington en la Guerra Fría al principal objetivo de una invasión estadounidense. Tras ser colaborador de la CIA se convirtió en un enemigo acusado de abrirle las puertas a los cárteles de la droga colombianos para que transportaran drogas a Estados Unidos.
Los recuerdos de su régimen aún se mantienen vivos, particularmente entre sus opositores políticos, familiares de las víctimas de esa oscura era castrense y habitantes del pobre barrio capitalino de El Chorrillo, que fue destruido por el bombardeo de la invasión estadounidense que expulsó al ex mandatario, que se había hecho famoso con su frase "Ni un paso atrás".
"Creo que la edad que tiene él es para que le perdonen muchas cosas y que no lo lastimen. Está mucho mayor, tiene hijas, tiene nietos... no es el único que tiene pecados", afirmó el domingo a The Associated Press la profesora de danza Ileana de Sola, de 80 años, en el Casco Antiguo de la ciudad.
"A mí no me interesa (el regreso de Noriega) después que haya paz en Panamá", agregó. Pero "que lo dejen tranquilo y, además, él ha estado al punto de la muerte (tras sufrir derrame cerebral). Lo recuerdo, nunca lo he olvidado".
Noriega sufrió ese percance de salud en el 2004 y le afectó la pierna izquierda. El día en que fue extraditado de Estados Unidos a Francia en el 2010 se le vio caminando lento y ayudado por algunos agentes en la terminal del aeropuerto en Miami.
Hatuey Castro, de 82 años y miembro de la oposición contra Noriega que fue detenido y golpeado por los matones del dictador en 1989, dijo que "Noriega fue responsable por la invasión y de los que murieron en la operación. Mancilló su uniforme, apenas hubo disparos y huyó para ocultarse. Debe pagar".
Para Sabina Delgado, una jubilada de 60 años y con seis hijos en el barrio El Chorrillo, "está bien, él regresa a su tierra, a su país. ¿Por qué no va a venir?. Todo mundo falla y el único que puede juzgar es Dios. Me interesa que venga", expresó
Señaló que el ex hombre fuerte "hizo cosas malas, pero también hizo cosas buenas. Imagínese que cuando él estaba aquí, no estaba este país con tanta mortandad (crímenes). No había tanta droga; había control".
El Chorrillo, que antes de la invasión era un barrio de casas viejas de madera, es actualmente un gueto de edificios de concreto multifamiliares, pero golpeado por la violencia y criminalidad de las pandillas dedicadas a la venta de drogas, según aseguran los propios residentes y autoridades.
Para Jacqueline Cárdenas, una empleada de 43 años de un supermercado en una zona acomodada, "muchos lo odiarán (a Noriega) por que sus familiares fueron asesinados. En 1989 (con la invasión) se vivió un año bastante caótico que ha quedado marcado para el resto de la historia panameña". Esta mujer, que envolvía regalos navideños, dijo que perdió a dos primos durante la acción militar estadounidense.
"Lo recuerdo a Noriega, pero ya no con tristeza, tampoco con alegría, ni con ese resentimiento que muchos panameños aún tienen", agregó.
El ex gobernante partió de un aeropuerto al sur de París en un vuelo de Iberia Airlines con una demora de media hora que hizo escala en Madrid, donde también la partida tuvo una hora e retraso.
El regreso de Noriega tiene lugar tras pasar más de 20 años en prisiones estadounidenses y francesas por narcotráfico y lavado de dinero.
Panamá lo condenó en ausencia por el asesinato del dirigente opositor Hugo Spadafora en 1985, del líder de una rebelión militar, el mayor Moisés Giroldi, en octubre de 1989, así como del fusilamiento de varios soldados que participaron en esa intentona golpista. En total suman 60 años de cárcel, pero la ley panameña no permite acumular las penas y debe pagar la pena máxima de 20 años.
El ex general, sin embargo, podría a la postre abandonar la prisión gracias a una ley que permite a los reos mayores de 70 años cumplir sus sentencias bajo arresto domiciliario.
El país al que llegó Noriega cambió mucho en comparación con el de hace dos décadas: El Canal de Panamá está en proceso de una ampliación multimillonaria, la economía de este país de 3,4 millones de habitantes es una de las que más crece en Latinoamérica y la capital se llenó de nuevos rascacielos, muestra del desarrollo inmobiliario de la última década.
El 20 de diciembre de 1989 más de 26 mil soldados estadounidenses avanzaron hacia la ciudad de Panamá y libraron combates con fuerzas leales a Noriega en los que fueron destruidos sectores enteros de la capital.
En la operación fallecieron 314 soldados panameños, 223 estadounidenses y unos 200 civiles.
Noriega se escondió en un barrio destruido por los bombardeos y buscó refugio en la embajada del Vaticano, la cual fue rodeada por soldados estadounidenses que hicieron sonar una música de rock atronadora mientras duró el episodio.
El militar se entregó el 3 de enero de 1990 y fue trasladado a Miami para ser enjuiciado por narcotráfico.
El entonces presidente George Bush recibió muchos elogios por el éxito de la operación y su popularidad aumentó.
Algunos sectores, no obstante, estimaron que su predisposición a usar la fuerza para derrocar líderes extranjeros sentaba un peligroso precedente, especialmente tratándose de alguien que Estados Unidos había apoyado por tantos años. La Asamblea General de las Naciones Unidas dijo que la invasión había constituido una "flagrante violación de las leyes internacionales y de la independencia, soberanía e integridad territorial" de un estado.
Noriega fue condenado dos años después de la invasión y sirvió 17 años de prisión en una cárcel de mínima seguridad en las afueras de Miami, donde recibió trato especial por ser prisionero de guerra. Tenía su propio bungalow, con televisión y equipo para hacer ejercicios.Al completar su sentencia, fue extraditado a Francia, donde se lo halló culpable de lavar millones de dólares del tráfico de drogas a través de tres bancos franceses y de comprar tres departamentos de lujo en París con dinero mal habido.
Noriega sufre de hipertensión y de una parálisis parcial como consecuencia de un derrame sufrido hace varios años, según sus abogados de Francia.
Regresó a un país con una economía floreciente, impulsada mayormente por la devolución a Panamá del Canal y de las bases militares y las tierras que lo rodean en el año 2000. A partir de entonces comenzó un fuerte crecimiento impulsado por un boom en la construcción e inmobiliario, con el levantamiento de rascacielos, así como el crecimiento de sectores como el turismo, el movimiento de carga en los puertos y el Canal de Panamá. En los últimos años se pusieron en marcha grandes proyectos, incluida la ampliación del canal por un costo de $5,250 millones.
Rolando Gordón, decano de la facultad de Economía de la estatal Universidad de Panamá, sostiene que la devolución por parte de Estados Unidos de estratégicos territorios e instalaciones militares aledaños al Canal ha sido la base del crecimiento sostenido que ha tenido Panamá en la última década.
"Panamá recuperó en el año 2000 una gran cantidad de tierras edificaciones de la antigua ex zona del canal", expresó Gordón. "Fueron 14 bases militares donde había todo tipo de infraestructura, lo que podríamos llamar un capital en desuso que estaba en puntos estratégicos del comercio internacional Panamá".
El regreso del ex dictador "debería poner fin a un capítulo de la historia que no queremos se vuelva a repetir", declaró el ex ministro de relaciones exteriores de Panamá Samuel Lewis, cuya familia tuvo que irse del país por oponerse a Noriega.
"Ojalá podamos dejar atrás este capítulo de la historia y enfocarnos en el futuro", señaló Lewis.
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