miércoles, 7 de diciembre de 2011
Vamos aumentar nuestra fe “Jesús salva”
Oscar y Silvia Mondragon
Sección de Opinión
“Jesús salva” es un popular slogan escrito en calcomanías y en carteles. Pero tristemente, pocos de los que ven la frase “Jesús salva” comprenden verdadera y totalmente lo que significa. Hay una tremenda cantidad de poder y verdad contenida en esas dos palabras.
JESÚS SALVA, PERO: ¿quién es Jesús? La mayoría de la gente sabe que Jesús fue un hombre que vivió en Israel aproximadamente hace 2000 años. Virtualmente cada una de las religiones en el mundo ve a Jesús como un buen maestro y/o profeta. Y mientras esas cosas son totalmente ciertas de Jesús, ellas no captan lo que Jesús es realmente, ni explican cómo o por qué Jesús salva. Jesús siendo Dios, vino al mundo como un ser humano real (1 Juan 4:2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne procede de Dios). Dios tomó la forma de un ser humano en la persona de Jesús a fin de salvarnos. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Por qué necesitamos ser salvados?
¿por qué necesitamos ser salvados? La Biblia declara que cada ser humano que ha vivido, ha pecado (Eclesiastés 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque; Romanos 3:23 porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios). Pecar, es hacer algo que en pensamiento, palabra u obra, contradice el perfecto y santo carácter de Dios. Por nuestro pecado, todos merecemos el juicio de Dios (Juan 3:18 El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios). Dios es perfectamente justo, así que Él no puede permitir que el pecado y la maldad queden impunes. Puesto que Dios es eterno e infinito, y puesto que todo pecado es a última instancia contra Dios (Salmo 51:4 Contra ti, contra ti solo he pecado y he hecho lo malo ante tus ojos. Seas tú reconocido justo en tu palabra y tenido por puro en tu juicio), solo un castigo eterno e infinito es aplicable. La muerte eterna es el único castigo justo por el pecado. Es por esta razón que necesitamos ser salvados.
¿cómo salva? Porque hemos pecado contra un Dios infinito, hay sólo dos opciones: (1) una persona finita (nosotros) debe pagar por nuestros pecados por una cantidad de tiempo infinita; o. (2) una Persona infinita (Jesús) debe pagar por nuestros pecados una sola vez. No hay otra opción. Jesús nos salva muriendo en nuestro lugar. En la persona de Jesucristo, Dios se sacrificó Él mismo por nosotros, pagando el castigo eterno e infinito que solo Él podía pagar (2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros Dios le hizo pecado, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él). Jesús tomó el castigo que nosotros merecemos, a fin de salvarnos de un horrible destino eterno, la justa consecuencia por nuestro pecado. Por Su gran amor por nosotros, Jesús puso Su vida (Juan 15:13 Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos), pagando el castigo que nosotros merecíamos, pero no podíamos pagar. Jesús fue entonces resucitado, demostrando que Su muerte realmente fue suficiente para pagar el castigo por nuestros pecados ¿a quién salva Él? Jesús salva a todos los que reciben Su regalo de salvación. Jesús salva a todos aquellos que confían total y únicamente en Su sacrifico como el pago por el pecado (Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.; Hechos 16:31 Ellos dijeron: -Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.). Mientras que el sacrificio de Jesús fue perfectamente suficiente para pagar por los pecados de toda la humanidad, Jesús sólo salva a aquellos que personalmente reciben Su regalo más preciado (Juan 1:12 Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios).
Si entiendes ahora lo que significa que Jesús salva, y quieres confiar en Él como tu Salvador personal, asegúrate de entender y creer lo siguiente, y como un acto de fe. Dígale en oración estas palabras al Señor. “Señor Jesús, reconozco que he pecado y que la paga de mi pecado es muerte, yo creo que tú moriste por mis pecados y resucitaste al tercer día, según las Escrituras y confió en TÎ solamente para salvarme; Perdona todos mis pecados, yo confieso que tu eres el Señor y Salvador y te agradezco por perdonarme y creo que al recibirte he recibido también el regalo de la vida eterna. De ahora en adelante, ayúdame a vivir mi vida para ti, en vez de vivir para el pecado. Bautízame en tu Espíritu Santo e inscribe mi nombre en el libro de la vida. ¡ Gracias Jesús, por salvarme !. Amén”
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