domingo, 29 de enero de 2012
Vamos a leer a 2 Tesalonicenses 1:11-12 para fortalecer nuestra fe
Por Oscar y Silvia Mondragon
Sección de Opinión
2 Tesalonicenses 1:11-12 “Con este fin oramos siempre por ustedes, pidiendo a nuestro Dios que los haga dignos del llamamiento que les hizo, y que cumpla por su poder todos los buenos deseos de ustedes y los trabajos que realizan movidos por su fe. De estamanera, el nombre de nuestro Señor Jesús será honrado por causa de ustedes, yél los honrará conforme a la bondad de nuestro Dios y del Señor Jesucristo
Estoy seguro que en algún momento de tu vida cristiana te has sentido indigno de hacerte llamar hijo (a) de Dios,quizá por tus recurrentes errores o faltas, quizá por alguna área de tu vidaque no has podido superar y se ha convertido en tu aguijón o porque crees queeres demasiado malo o mala como para hacerte llamar de esa forma.
Y es que no vamos a negar que todosquisiéramos hacer bien las cosas, no vamos a negar que la intención de agradara Dios está en nosotros, pero por alguna razón nos cuesta un mundo llevar acabo su voluntad o por lo menos dejar de fallarle.
Yo sé que es ese sentimiento que nosembarga a la hora de hacer algo que consideramos que no teníamos que hacer. Sélo que se siente prometer a Dios no hacer eso otra vez y volverlo a hacer. Sélo que se siente ver como Dios a pesar de nuestros continuos errores sigue siendo Fiel a nosotros.
En mas de alguna ocasión me hesentado en mi cama y reflexionado sobre ¿Por qué actuamos de esa forma?, ¿Porqué hacemos cosas que no queremos hacer, pero que terminamos haciéndolas?
En ocasiones me he encontrado llorando como un niño delante de Dios pidiéndole perdón nuevamente por algo queen más de alguna vez se lo he pedido. Y es que llegar delante de Dios después de fallarle en algo que prometiste no volver a fallarle es duro, y de no estar preparado puede ser el inicio de una caída libre.
En esos momentos en donde nuestras emociones se alborotan por el hecho de no hacer lo que Dios quiere que hagamosy en donde nos sentimos derrotados, sin fuerzas y quizá lo peor de todo:Indignos de Él, es cuando el enemigo quiere sacar ventaja para alejarte mas ymas de Dios
Estoy seguro que en esos momentos endonde te sientes que no eres digno de seguir a Dios, ni mucho menos de llamartesu hijo, vienen una cantidad de pensamientos a tu mente tales como: “¡Quehipócrita eres!”, “¡Eres un caso perdido!”, “¿Otra vez?, ¡Dios ya está cansadode ti!”, “¡Eres un fracasado!”, “¡Ni vergüenza tienes de venir delante deDios!”, “¡No mereces nada de lo que Dios te da!” y muchísimas frases parecidasa esas o que llevan el fin de aumentar tu sentimiento de indignidad.
Lastimosamente, a veces creemos lasfrases mentirosas y con mala intención que el diablo envía a nuestra mente. Aveces creemos cada cosa y la tomamos como que si Dios mismo nos la estuvieradiciendo.
¡Imagínate!, un Dios que es capaz deenviar a su único Hijo a morir por ti y por mí, es un Dios QUE NOS AMA CON UNAMOR ETERNO como lo dice su Palabra. Quizá estos días te has sentido indigno deser su hijo (a) o de seguirlo, quizá tus acciones dicen lo contrario de lo quetu corazón realmente siente, quizá eres una persona que está batallando conhábitos negativos que no agradan a Dios y al verse acorralado por dichoshábitos, sientes que no mereces mas ser su hijo.
Pero no te corresponde a ti juzgar simereces o no ser su hijo, la Biblia dice: “Alo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestadde ser hechos hijos de Dios” Juan1:11-12
Dios te hizo su hijo porque un día creíste en Jesús, porque un día aceptaste el sacrificio que Él hizo porti para perdón de tus pecados, un día reconocistetu necesidad de perdón, por lo tanto tu eres hijo de Dios y eres tanpreciado porque vales la sangre preciosa que Cristo derramo en la cruz delcalvario por ti y por mí.
Tú vales mucho, Dios te hizo digno devida eterna, no por algo que hiciste, sino por lo que Cristo hizo por ti, no porque lo merecías, sino porque Dios tuvo a bien hacerlo, eso se llama GRACIA, un regaloinmerecido. Merecías la muerte, más Dioste dio vida, eso se llama:MISERICORDIA, lo contrario a lo que mereces.
No permitas que el diablo te saqueventaja, no prestes tus oídos para que te llene de su basura, no escuches loque te diga e inténtalo nuevamente.
El reino de los cielos estará llenode valientes, de personas que no se rindieron frente a sus debilidades ydefectos, sino que fueron determinados en seguir luchando hasta alcanzar llegara ser conforme al corazón de Dios.
Quizá en el camino habrá muchosbaches, quizá habrá momentos de derrota y frustraciones, quizá el enemigo teenviara cientos o miles de pensamientos negativos para desanimarte, pero tuvirtud estará en no hacer caso a sus ideas y dirigir tu mirada al único que teconoce y cree en ti, esto es: A Cristo Jesús Señor nuestro.
Hoy Dios quiere recordarte lopreciado que eres para Él, lo mucho que te ama y lo mucho que anhela verteluchando, no te rindas, por lo que más quieras, ¡No te rindas!, tú vales mucho,este momento de sentimientos encontrados pasara, pronto veras como Diosterminara la obra que ha comenzado en ti, estas en proceso de construcción,Dios trabajando en ti, pero aun no ha terminado, ¡No te rindas!
¡Vamos! ¡Levántate una vez más!, loque Cristo hizo por ti es suficiente motivación como para no dejarnos vencer,es suficiente motivación como para decirle al enemigo en su cara: “¡No me darépor vencido!”
El enemigo solo quiere verte vencidopara reírse en tu cara, Dios con ojos de amor lo único que quiere es verte envictoria, por lo tanto: ¡No te rindas! ¡Eres tan valioso para Él porque valesla sangre su Hijo unigénito!
No sigas creyendo que no eres digno,porque si lo eres, porque Dios así lo quiso y porque un día estarás con Él portoda la eternidad, no por algo que hiciste o merecías, sino porque Dioste amo tanto que así lo decidió, por lo tanto: ¡Pelea y no te des por vencido!