Redacción Central
MOSCÚ.
Las cajas negras del bombardero ruso Su-24 derribado a finales de
noviembre por Turquía en la frontera con Siria no pueden ser descifrados
debido a las desperfectos mecánicos sufridos, reconocieron hoy los
expertos rusos que investigan el siniestro.
“La lectura de la información contenida por las placas madre no es posible por el momento debido a los daños internos”, aseguró el subjefe del departamento de seguridad de vuelos de la fuerza aérea de Rusia, el general Serguéi Bainetov, a medios locales.
El militar aseguró que el Comité de Aviación Interestatal carece de los equipos técnicos necesarios para completar el descifrado de los módulos de memoria.
Por ello, la comisión de investigación ha decidido ponerse en contacto con institutos científicos rusos que dispongan de la tecnología necesaria para descifrar los 16 microesquemas de las placas madre.
“Para completar este trabajo, lamentablemente, necesitaremos bastante tiempo, aunque haremos todo lo posible para llevarlo a buen término”, dijo.
Destacó que el trabajo de descifrado, que comenzó el pasado viernes con la apertura de las cajas negras, se realiza en colaboración con expertos internacionales.
Los expertos rusos reconocieron el pasado viernes que se había producido una deformación de las placas madre y que dos de los microesquemas “carecen de información de vuelo”, aunque el módulo no se vio afectado por el fuego.
En su conferencia de prensa anual, Putin insistió la pasada semana que el derribo del Su-24 fue una “puñalada en la espalda”.
“¿Para qué lo hicieron? No lo entiendo. ¿Acaso pensaban que íbamos a salir huyendo? Por supuesto que no. Rusia no es de esos. Si antes la aviación turca volaba y violaba permanentemente el espacio aéreo de Siria, que vuelen ahora” que Rusia ha desplegado baterías antiaéreas S-400, advirtió.
El jefe del Kremlin aseguró que es “prácticamente imposible” llegar a un acuerdo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se niega a disculparse por el derribo del avión, como exige Moscú.
Como represalia, Putin ordenó adoptar sanciones económicas contra Turquía, como la suspensión de vuelos chárter, la imposición de visados, la congelación de acuerdos comerciales y el embargo a verduras y frutas.
Además, acusó a Turquía de derribar su avión para proteger las vías de suministro del petróleo que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) extrae en los territorios bajo su control en Siria e Irak, lo que ha sido negado rotundamente por Erdogán.
“La lectura de la información contenida por las placas madre no es posible por el momento debido a los daños internos”, aseguró el subjefe del departamento de seguridad de vuelos de la fuerza aérea de Rusia, el general Serguéi Bainetov, a medios locales.
El militar aseguró que el Comité de Aviación Interestatal carece de los equipos técnicos necesarios para completar el descifrado de los módulos de memoria.
Por ello, la comisión de investigación ha decidido ponerse en contacto con institutos científicos rusos que dispongan de la tecnología necesaria para descifrar los 16 microesquemas de las placas madre.
“Para completar este trabajo, lamentablemente, necesitaremos bastante tiempo, aunque haremos todo lo posible para llevarlo a buen término”, dijo.
Destacó que el trabajo de descifrado, que comenzó el pasado viernes con la apertura de las cajas negras, se realiza en colaboración con expertos internacionales.
Los expertos rusos reconocieron el pasado viernes que se había producido una deformación de las placas madre y que dos de los microesquemas “carecen de información de vuelo”, aunque el módulo no se vio afectado por el fuego.
En su conferencia de prensa anual, Putin insistió la pasada semana que el derribo del Su-24 fue una “puñalada en la espalda”.
“¿Para qué lo hicieron? No lo entiendo. ¿Acaso pensaban que íbamos a salir huyendo? Por supuesto que no. Rusia no es de esos. Si antes la aviación turca volaba y violaba permanentemente el espacio aéreo de Siria, que vuelen ahora” que Rusia ha desplegado baterías antiaéreas S-400, advirtió.
El jefe del Kremlin aseguró que es “prácticamente imposible” llegar a un acuerdo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se niega a disculparse por el derribo del avión, como exige Moscú.
Como represalia, Putin ordenó adoptar sanciones económicas contra Turquía, como la suspensión de vuelos chárter, la imposición de visados, la congelación de acuerdos comerciales y el embargo a verduras y frutas.
Además, acusó a Turquía de derribar su avión para proteger las vías de suministro del petróleo que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) extrae en los territorios bajo su control en Siria e Irak, lo que ha sido negado rotundamente por Erdogán.