Redacción Central
MEXICO.- Como pocas veces, intelectuales y académicos de distinta orientación alcanzaron el consenso: a través de entrevistas, y principalmente en las redes sociales, reprobaron en las últimas horas el encuentro entre el presidente Enrique Peña Nieto y el candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
“A los tiranos no se les apacigua, a los tiranos se les enfrenta”, escribió Enrique Krauze en Twitter.
En entrevista con Carlos Loret, Krauze, historiador y director de Letras Libres, consideró que recibir a Donald Trump puede ser un error histórico de Peña Nieto.
Héctor Aguilar Camín, escritor y director de Nexos, planteó la reunión Peña-Trump como un síntoma de pleito “con la próxima presidenta de Estados Unidos”, en referencia al muy posible triunfo de la demócrata Hillary Clinton.
El liberal Jesús Silva Herzog Márquez ha sido de los más activos en el tema. En su opinión, que expuso en redes sociales, la reunión legitima a Trump como interlocutor razonable, algo que –dice– nadie le había concedido.
Luego añadió: “No. No es una apuesta arriesgada. Es una estupidez gigantesca. No hay forma de que salga bien”.
El jurista Diego Valadez recordó que “por dignidad” muchos republicanos no fueron a la convención de su partido para no saludar a quien los había insultado. En una larga serie de tuits, añadió, entre otras consideraciones, que existe un repudio y desaprobación generalizada a su visita a México.
La escritora Ángeles Mastretta escribió en su blog de Nexos un artículo intitulado “Invitar a Trump: una desvergüenza y una insensatez”, en el que hace una severa crítica al presidente Enrique Peña Nieto, con una serie de cuestionamientos que derivan en su falta de respeto a la calidad de jefe de Estado que ostenta.
Javier Sicilia compartió diferentes noticias al respecto y reprodujo la convocatoria a una concentración de protesta en el Ángel de la Independencia.
Académicos reconocidos como Soledad Loaeza, del Colegio de México, han expuesto también en redes sociales sus críticas a la decisión del encuentro, también con una larga serie de tuits, entre otros: “Trump me ha ofendido profundamente, pero la invitación que le ha hecho EPN me ofende mucho más”.
Carlos Bravo Regidor, académico del CIDE, también dedicó numerosos mensajes al asunto. Entre ellos: “Peña Nieto repitió una y otra vez q no se metería en la elección gringa. Lo está haciendo y de la peor manera: prestándose a ayudar a Trump”.
El silencio de la izquierda
Doce horas después de que se confirmara el encuentro Peña-Trump, los intelectuales identificados con posiciones de izquierdas se habían mantenido en un inusual silencio en redes sociales.
Por ejemplo, Paco Ignacio Taibo II y Elena Poniatowska no habían emitido ningún mensaje en Twitter, la red social a la que son asiduos. Tampoco lo había hecho el historiador Lorenzo Meyer. Los tres han hecho manifiesta su simpatía por Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto tampoco había opinado al respecto.
No obstante, entre los académicos identificados también con posiciones de izquierda, John Ackerman fue muy activo desde anoche en el asunto.
Ackerman, como también la politóloga Denise Dresser, optaron por ironizar sobre el encuentro. El primero compartió un meme en el que se lee “la mutación Peña-Trump”, que contiene las imágenes superpuestas de ambos personajes, y Dresser lanzó una encuesta tuitera, preguntando de qué hablarán Peña y Trump, con las siguientes opciones:
a) que Higa Construya el muro, b) hablar de copetes, c) hablar de las cosas buenas y d) regalarle su tesis.
OLA DE DESAPROBACIÓN POR DOQUIER
MEXICO.- Como pocas veces, intelectuales y académicos de distinta orientación alcanzaron el consenso: a través de entrevistas, y principalmente en las redes sociales, reprobaron en las últimas horas el encuentro entre el presidente Enrique Peña Nieto y el candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
“A los tiranos no se les apacigua, a los tiranos se les enfrenta”, escribió Enrique Krauze en Twitter.
En entrevista con Carlos Loret, Krauze, historiador y director de Letras Libres, consideró que recibir a Donald Trump puede ser un error histórico de Peña Nieto.
Héctor Aguilar Camín, escritor y director de Nexos, planteó la reunión Peña-Trump como un síntoma de pleito “con la próxima presidenta de Estados Unidos”, en referencia al muy posible triunfo de la demócrata Hillary Clinton.
El liberal Jesús Silva Herzog Márquez ha sido de los más activos en el tema. En su opinión, que expuso en redes sociales, la reunión legitima a Trump como interlocutor razonable, algo que –dice– nadie le había concedido.
Luego añadió: “No. No es una apuesta arriesgada. Es una estupidez gigantesca. No hay forma de que salga bien”.
El jurista Diego Valadez recordó que “por dignidad” muchos republicanos no fueron a la convención de su partido para no saludar a quien los había insultado. En una larga serie de tuits, añadió, entre otras consideraciones, que existe un repudio y desaprobación generalizada a su visita a México.
La escritora Ángeles Mastretta escribió en su blog de Nexos un artículo intitulado “Invitar a Trump: una desvergüenza y una insensatez”, en el que hace una severa crítica al presidente Enrique Peña Nieto, con una serie de cuestionamientos que derivan en su falta de respeto a la calidad de jefe de Estado que ostenta.
Javier Sicilia compartió diferentes noticias al respecto y reprodujo la convocatoria a una concentración de protesta en el Ángel de la Independencia.
Académicos reconocidos como Soledad Loaeza, del Colegio de México, han expuesto también en redes sociales sus críticas a la decisión del encuentro, también con una larga serie de tuits, entre otros: “Trump me ha ofendido profundamente, pero la invitación que le ha hecho EPN me ofende mucho más”.
Carlos Bravo Regidor, académico del CIDE, también dedicó numerosos mensajes al asunto. Entre ellos: “Peña Nieto repitió una y otra vez q no se metería en la elección gringa. Lo está haciendo y de la peor manera: prestándose a ayudar a Trump”.
El silencio de la izquierda
Doce horas después de que se confirmara el encuentro Peña-Trump, los intelectuales identificados con posiciones de izquierdas se habían mantenido en un inusual silencio en redes sociales.
Por ejemplo, Paco Ignacio Taibo II y Elena Poniatowska no habían emitido ningún mensaje en Twitter, la red social a la que son asiduos. Tampoco lo había hecho el historiador Lorenzo Meyer. Los tres han hecho manifiesta su simpatía por Andrés Manuel López Obrador, quien por cierto tampoco había opinado al respecto.
No obstante, entre los académicos identificados también con posiciones de izquierda, John Ackerman fue muy activo desde anoche en el asunto.
Ackerman, como también la politóloga Denise Dresser, optaron por ironizar sobre el encuentro. El primero compartió un meme en el que se lee “la mutación Peña-Trump”, que contiene las imágenes superpuestas de ambos personajes, y Dresser lanzó una encuesta tuitera, preguntando de qué hablarán Peña y Trump, con las siguientes opciones:
a) que Higa Construya el muro, b) hablar de copetes, c) hablar de las cosas buenas y d) regalarle su tesis.
OLA DE DESAPROBACIÓN POR DOQUIER
El líder del Senado de la República, Roberto Gil Zuarth,
expuso en su cuenta de Twitter: “Invitar a @realDonaldTrump legítima su
propuesta de demagogia y odio. Nos amenaza con guerra y muros, pero le
abrimos palacio nacional”.
Jesús Zambrano Grijalva, líder de la Cámara de Diputados,
escribió en la misma red social: “La reunión de mañana de @EPN y Donald
Trump, dudosa forma del presidente de defender el interés de México y
connacionales en elección de EU”.
Fue el primero de una serie de mensaje en los que Zambrano
dijo que no compartía la decisión y luego especuló sobre los intereses
económicos o petroleros detrás del cabildeo para concretar la reunión.
El mensaje del perredista lleva implícita una alusión al
mensaje que Peña Nieto también emitió en Twitter. Después de confirmar
la reunión, el mandatario justificó: “Creo en el diálogo para promover
los intereses de México en el mundo y, principalmente, para proteger a
los mexicanos donde quiera que estén”.
El encuentro se programó para esta tarde, y por lo pronto
las condiciones reflejan la toma de posiciones, luego de que el Partido
Republicano anunció por la mañana que su candidato llegará tarde a la
cita, alrededor de las 15 horas.
Donald Trump ha construido su popularidad, en buena medida,
con un discurso antimexicano: calificando a la población de este país de
criminal y anunciando deportaciones, además de la construcción de un
muro fronterizo que México deberá pagar, y amenazando con acciones
bélicas y bloqueos económicos, entre otras arengas.
Sin embargo, después de la nominación republicana, una serie
de tropiezos lo precipitaron a la baja en los estudios de opinión, lo
que motivó que en días pasados matizara su postura antimexicana, en lo
que analistas estadunidenses han considerado un intento de conquista de
votos latinos.
El discurso racista y discriminatorio de Donald Trumpo no
sólo tuvo efectos en las representaciones del Poder Legislativo. Desde
todos los partidos de oposición hubo descalificaciones al encuentro.
El líder panista Ricardo Anaya cuestionó “¿En qué cabeza cabe invitar a Donald Trompo?”. Luego indicó que no es bienvenido.
Si bien hubo expresiones de distintas personalidades, los
dirigentes de izquierda callaron. Los presidentes nacionales del PRD y
de Morena, Alejandra Barrales y Andrés Manuel López Obrador,
respectivamente, no habían emitido ningún comentario hasta bien entrada
la mañana de este miércoles.
El expresidentes Vicente Fox también desautorizó el
encuentro Peña-Trump, mientras que Felipe Calderón retuiteó los mensajes
de diferentes actores, entre ellos el de su esposa, la aspirante
presidencial panista para 2018, Margarita Zavala, en el que expresa su
rechazo al republicano.