lunes, 16 de junio de 2008

La Toma en Junio, del Palacio Nacional


Tomado del Periodico Digital Atanay
Por Elsa Peña Nadal

Desde la izquierda, Rafael Pérez Modesto, subsecretario de la Presidencia; presidente Leonel Ferníandez Reyna; Luis Manuel Bonetti, secretario de la Presidencia; Luis Rafael Vargas, director de Indotel; y Juan Daniel Balcácer, director de Eemérides Patria.
"Ocuparon el Palacio Nacional. No portaban fusiles ni metralletas pero estaban armados de ideales, ejemplo y dignidad; avituallamiento que transmiten con su ejemplo a las presentes y futuras generaciones, a quienes necesariamente ha de llegar su mensaje. :
Santo Domingo. (Atanay.Com).-Cabezas blancas, rostros marchitos, pasos lentos, sillas de ruedas, torsos encorvados. El tiempo deja sus huellas, pero la dignidad se asoma por las pupilas y a nadie le cabe dudas de que estos heroicos sobrevivientes y sus familiares, reciben con humildad el homenaje que en las postrimerías de sus vidas, les ofrenda su pueblo con actos oficiales de suma trascendencia, como este que aquí les reseño.
Allí estaban ellos: sobrevivientes expedicionarios, guerrilleros catorcitas, comandantes y combatientes de Abril, familiares y representantes de fundaciones patrióticas; gente de todos los partidos políticos. En ese mismo Palacio Nacional que por más de cincuenta años ocuparan Trujillo, Balaguer y todos sus lacayos. En ese mismo palacio que estuvo en la mira de sus estrategias políticas en las luchas de Luperón; Constanza, Maimón y Estero Hondo; en la guerrilla del 63 por el retorno a la constitucionalidad; en la gesta de Abril del 65, y muy particularmente, en el asalto que costó la vida a Fernández Domínguez y sus compañeros.
Ocuparon el Palacio Nacional. No portaban fusiles ni metralletas pero estaban armados de ideales, ejemplo y dignidad; avituallamiento que transmiten con su ejemplo a las presentes y futuras generaciones, a quienes necesariamente ha de llegar su mensaje.
Porque en ese acto se oficializó la creación del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, que rendirá homenaje permanente "a todos los hombres y mujeres que resistieron, lucharon y defendieron la Libertad, la Justicia y la Dignidad del Pueblo Dominicano".
Dicho museo forma parte del Comité Internacional de Museos Memoriales de Víctimas de Crímenes Públicos y de Lesa Humanidad, que tiene como objetivo "promover una memoria responsable de la historia y fomentar la cooperación cultural a través de la educación y del uso del saber al servicio de la Paz; siendo su objetivo principal conmemorar a las víctimas de crímenes de Estado, admitidos por la sociedad o ideológicamente motivados". (museodelaresistencia@gmail.com y fundacionespatrioticasrd@gmail.com)
No cabe dudas que ese acto realizado en el Salón de Las Cariátides del Palacio Nacional, con la presencia del presidente Leonel Fernández, representantes del Cuerpo Diplomático; los sobrevivientes expedicionarios Delio Gómez Ochoa, Poncio Pou Saleta y Mayobanex Várgas, familiares de víctimas de la tiranía trujillista, entre otros, fue un hermoso y significativo homenaje de exaltación a esas gestas gloriosas de Luperón y de Constanza, Maimón y Estero Hondo, del 1949 y 1959, respectivamente; las que, si bien no lograron el inmediato objetivo militar propuesto, significaron el inicio del fin de la dictadura trujillista, acelerando su caída. Sus repercusiones internacionales y a lo interno del país, sacudieron la conciencia nacional, llenando de fe y esperanzas a todos los dominicanos de bien, liberados finalmente por la gesta del 30 de Mayo, dos años después de la última expedición.
Ese acto homenaje, fue extensivo a las gestas posteriores a la caída de Trujillo, pues sus remanentes se resistieron más allá del 61. Con canciones, declamaciones de poesías y la exhibición de un documental fílmico, se recordaron además, las luchas del pueblo dominicano en la guerrilla del 63, la revuelta de Abril del 65 y la resistencia a los gobiernos balagueristas.
Veinte mil CDs denominados Canto a la Libertad, patrocinados por el Indotel, saldrán a la luz pública y parte de ellos fueron distribuidos esa noche entre los invitados junto a un folleto del Museo.
El CD contiene: 1-Himno a la Libertad de los Expedicionarios de 1959; 2-Proclama del Comandante Enrique Jiménez Moya; 3-Proclama del Capitán Juan de Dios Ventura Simó; 4-Un Minuto de Silencio, Rafael Sánchez Cestero (cantante), Salvador Pérez Martínez (declamador); 5-Himno del Movimiento 1J4 en honor a los héroes del 1959 y a las Hermanas Mirabal; 6-Proclama de Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo), en el Parque Independencia el 14 de Junio de 1963; 7-Himno de la Revolución de Abril de 1965; 8- Himno de la Internacional, el canto de los obreros, y 8-La Marsellesa.
No escatimo palabras para felicitar a todos los involucrados en esa actividad; muy especialmente al compañero Rafael Pérez Modesto, su coordinador; a Arnulfo Reyes, presidente de la Federación de Fundaciones Patrióticas, por su realista y emotivo discurso; a Rafael Vargas, director del Indotel; a mi queridísima "sobrina" Luisa de Peña Díaz, hija de Luís de Peña Pichardo (Luis Parrish), museógrafa destacada, por su persistencia y la fe puesta en el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana; a José Rafael Lantigua, co-responsable de ese proyecto, en su condición de secretario de Estado de Cultura junto con la Federación de Fundaciones Patrióticas y el Archivo General de la Nación; así como al presidente Leonel Fernández por su presencia, reconocimiento y muestras de respeto, hacia todas las personas que se concitaron en esa bella y significativa noche del 13 de Junio, en el Palacio Nacional.
Fue hermoso estar allí vestida de verde y negro; saber que el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana es un proyecto oficializado; abrazar a tantos compañeros y ex compañeros; rendir mis respetos a hijos y viudas de los héroes del 30 de mayo; así como a don Delio Gómez Ochoa, Mayobanex y a don Poncio Pou Saleta, sentado en silla de ruedas; entre otras personas con quienes hemos formado una gran familia por todo lo que nos une, especialmente la solidaridad y la fe en un futuro mejor para nuestro pueblo y país.
Emocionante fue cantar el Himno Nacional, escuchar el himno de los expedicionarios del 59 y cerrar el acto con broche de oro con el himno del 14 de Junio, cantado de pie por todos los presentes, muchos de los cuales no pudieron evitar que se les humedecieran sus rostros. Y no pude retraerme de hacer bromas diciendo que ese acto y esas canciones, eran además, una especie de "deshaumerio", un "despojo" y "un desalojo" in sito, de los espíritus brujos y malignos de Trujillo y sus secuaces.
No me importa que me sigan preguntando si valió la pena tanta lucha y tanto sacrificio; que si se engavetó la Constitución del 63; que si por esta democracia fuimos al combate; que si esta patria y nación que hoy tenemos fue la soñada por todos los inmolados, etc.
Somos muchos los que seguimos diciendo que no debemos desmayar ni perder la fe; y yo digo que sí valió la pena; que no me arrepiento de una sola gota de sangre ni de una sola lágrima derramada.
Que los pueblos caminan siempre hacia delante, pero mirando hacia atrás para emular las luchas pasadas, imitar buenos ejemplos y tomar impulsos.
Que actos como estos contribuyen a la unidad de los dominicanos; a rescatar la memoria histórica de las generaciones presentes y futuras, y que siembran semillas que germinarán y brotarán de la tierra-patria, cuando ella lo considere oportuno y necesario.
Que no hay que estar en el gobierno o en la oposición, para medir la distancia entre lo que tenemos hoy y lo que fueron la dictadura trujillista y los veinte años de Balaguer, en términos de respeto a las libertades publicas y los derechos humanos. Que debemos confiar y trabajar hoy, para que algún día logremos la plena realización de los ideales de justicia social, trabajo e igualdad de oportunidades para todos los dominicanos, que llevaron a nuestros compañeros a ofrendar sus jóvenes y valiosas vidas.
Para hacer que nuestros libros de textos recojan las historias verídicas y completas; y para que en nuestras escuelas y colegios también se canten y se eleven estos himnos, como oraciones que nunca regresarán vacías, penetrando como un compromiso patrio en la conciencia de nuestros niños, jóvenes y adolescentes.
Para formar una juventud idealista con capacidad de asombro, de sueños y sacrificios que cuestione y busque respuestas y crea en la posibilidad de una patria mejor donde se pueda vivir con dignidad y decoro. Y se honrarán estas efemérides patrias y se conocerán los nombres de todos y cada unos de nuestros mártires y héroes; así como de esos héroes anónimos que autoexiliados miran hacia su patria con nostalgia, interés e impotencia, leyendo las noticias en los diarios digitales y opinando al pie de los artículos.
Porque este país, que siempre supo salir de las tinieblas, y que está "colocado en el mismo trayecto del sol", está también en la mira y en las manos de su Creador y en el corazón y la esperanza de cada dominicana y dominicano, de nacimiento o por elección, cualquiera que sea su lugar de residencia en el planeta.
Porque no podemos perder la fe, porque tenemos que ser optimistas y aportar nuestro granito de arena, nuestras oraciones y pensamientos positivos.
Porque se lo debemos a nuestros hijos y nietos y a la memoria de nuestros héroes que no desmayaron nunca.
´Y sí,-- aunque yo no sea testigo de ello,--lo siento, lo creo, lo decreto y lo vislumbro: tendremos una Nueva Quisqueya como la que ellos y todos, hemos soñado!

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