jueves, 24 de junio de 2010

Presentan Obras de Teatro en Centro Cultural Narciso González y la Sala Máximo Avilés Blonda de Bellas Artes.


Por la Redacción Central

La Embajada de Teatro Brasileño presentó con buena asistencia de público la obra “Tres cigarrillos y la Última Lazaña”, en el Centro Cultural Narciso
González, de Villa Juana en la Capital.

SANTO DOMINGO. Entre los asistentes a esa función figuraron Luís Rafael González, Director de la Cinemateca y Freddy Ginebra, Director de Casa de Teatro.
En la obra, presentada en portugués y subtitulada en español, se cuenta la historia triste de un cliente habitual de un restaurante ejecutivo que luego de disfrutar de su comida favorita nota que su mano derecha ha sido cortada en forma misteriosa.
El hombre atrajo la atención del público que escuchó en completo silencio los detalles de sus contactos con el mozo y los últimos tres cigarrillos que se fumó antes de la desgracia personal.
Los efectos de sonido, combinados con paseos en escena y la utilería desplegada en set unido a su griterío al momento de relatar la forma en que perdió su miembro fueron muy disfrutados por el público.
El hombre insistió en que sólo recordaba que al momento del accidente era jueves por la tarde, y que ya había echado los últimos copos de su cigarrillo final.
Como parte del Festival Nacional de Teatro 2010, también se presentó la obra “Derechos Henanos-Danza Teatro”, en la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes.
La obra, con la participación de Manuel Raposo, Isabel Spencer y Vicente Santos es una denuncia de tipo social sobre las precariedades y dificultades del sistema carcelario. También se abordan los casos de las injusticias que se cometen en el Poder Judicial.
Los diálogos, bailes y movimientos cuentan la historia y supuestas injusticias contra los personajes “Chupamedia, Soplapote y Fiquitua, tres ladronzuelos de los barrios de la capital.
En la obra se destaca que los menores fueron condenados injustamente a 30 años, sentencias mayores a las que establece la ley. El tedio de la cárcel y distintas situaciones los llevan a encontrarse con Dios y a dedicar sus vidas al evangelio, siendo ejemplo de los demás reclusos.

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