miércoles, 26 de enero de 2011
Deuteronomio 6:6-9 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón
Familia Mondragon
Sección Vida y Sociedad
Deuteronomio 6:6-9 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertasEsta semana leía en alguna parte un artículo que hablaba de que la generación de hoy en día es la que menos sabe de la Biblia. Al leerlo sentía un cierto sentimiento de entre enojo e impotencia porque me doy cuenta que es verdad.La gente vive hoy en día a base de la experiencia popular, olvidándose de vivir según lo que Dios ha estipulado a través de su palabra, pero: ¿Cómo vivir según la voluntad de Dios, si no se lee la Biblia?Es difícil tratar de ser guiados por Dios, mientras no forjemos en nosotros un hábito de lectura y especialmente de lectura de la Biblia. Y es que la generación de hoy en día puede dedicar cuatro o cinco horas a ver televisión, a ir de compras, al Facebook, u otra red social, pero jamás le dedica ese tiempo a la lectura de la Palabra de Dios y luego preguntamos, “¿Por qué las cosas no me salen bien?”.
Sinceramente poco a poco hemos ido sustituyendo nuestra relación personal con Dios por cosas vanas que no traen edificación a nuestra vida y que nos vuelven más vulnerables a los ataques diarios del enemigo.¿Qué estamos haciendo?, ¿Qué generación vamos a forjar?, Si nosotros somos como somos, ¿Cómo será la próxima generación? ¡Que Dios nos ayude!Cada uno de nosotros tenemos el deber de cambiar la historia, todos juntos podemos hacer que la próxima generación sea de hombres y mujeres llenos del Espíritu, que busquen a Dios con todo su corazón, que basen su vida en la Biblia y que puedan hacer mejores cosas de las que nosotros hicimos.¿Y cómo podemos cambiar esto?, comenzando desde nosotros mismos, practicando diariamente la lectura y reflexión de la Biblia, no basta solo con leerla, tienes que reflexionarla. Dedicando diariamente un tiempo especial para el Señor, así como se lo dedicas para tantas cosas que haces a diario y que no tienen mucho provecho. Sirviendo con un corazón sincero y humilde al Señor en cualquier área que se pueda y sobre todo viviendo cada día como que si fuera el último día de nuestra vida, tratando de ser mejores personas, mejores discípulos y mejores hijos de Dios. Personalmente quisiera que me recuerden como una persona que a pesar de sus miles de imperfecciones, trato e intento cada día agradar a Dios y aunque muchas veces fallo en el intento, jamás se dio por vencido y lo intento tantas veces como pudo.
¡Sonríe, Jesús te ama!
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