viernes, 21 de enero de 2011

Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba



Familia Mondragon
Sección Opinión

Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman
Bienaventurado tú que has decidido ir por todo o nada, tú que has creído de todo corazón y estás desprendiendo tu alma de la carne, púes si no te tambaleas y sigues avanzando recibirás la verdadera vida que Dios ha prometido a los que le aman.Muy probablemente en este momento te estés preguntando ¿por qué si he decidido definitivamente desprenderme de ese pecado y seguir a Dios, es ahora cuando la tentación y los ataques del enemigo han aumentado?, ¿por qué en este momento que he decidido crucificar ese pecado en la cruz del calvario, es justo cuando mi alma le anhela más?La respuesta es que no es Dios el que ha aumentado la intensidad para que caigas en ese pecado, sino tu afectada alma que aun le guarda fidelidad a eso que te ató… Pues cada quien es tentado de acuerdo a su concupiscencia (a sus deseos pecaminosos).
¿Acaso no anhelas tener esa paz y tranquilidad de espíritu que solo Dios te puede dar? ¿No han sido suficientes las consecuencias que te ha traído el pecado?, Hoy de nuevo te encuentras a punto de cruzar el umbral que lleva a la verdadera vida. Y solo depende de ti cruzar o no, pues Cristo ya hizo su parte derramando su sangre en ese umbral.Tal vez en el proceso, eso que te tuvo atado se revele ante tu decisión, tal vez el enemigo trate de tocarte. Pero déjame decirte que esta vez es diferente, esta vez estás revestido de autoridad y la sangre de Cristo te hace intocable
Ahora dime, ¿en verdad quieres hoy cruzar ese umbral que lleva a la verdadera vida? , si es así has conmigo esta oración:
“Señor Jesús, te pido perdón por haber mantenido en mí ese pecado. Hoy tengo entendimiento que solo desprendiéndome de él tendré la verdadera vida que has prometido para mí. Te ruego que envíes poder de lo alto que me sustente para salir vencedor en esta prueba. Te pido que envíes destellos de tu gloria y me permitas comenzar a palpar mi galardón. Permíteme vivir en justicia y amarte sobre todo. Ayúdame hoy a cruzar este umbral en el cual ya ha sido derramada tu sangre preciosa para darme verdadera libertad. En el Nombre de Cristo Jesús, amen”

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