domingo, 10 de julio de 2011
Montás plantea ajustar regulación bancaria a condiciones propias de cada país
Por la Redacción Central
MARSELLA, FRANCIA.-El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, consideró aquí necesaria una regulación financiera global pero que tome en cuenta las particularidades de cada país al momento de establecer normas para evitar que se afecte el desempeño de los sistemas financieros locales. Durante una exposición en el encuentro del Círculo Económico de Aix-en Provence que se reúne anualmente en esta ciudad francesa, Montás sostuvo que a la hora de hablar de una regulación uniforme a nivel mundial hay que tomar en cuenta las asimetrías de los mercados en cuanto a su tamaño, grados de competencia, conformación, arquitectura y cultura institucional.
Además, el ministro dominicano dijo que es necesario considerar los grados de apertura y exposición a los choques aleatorios, la sofisticación de los productos financieros comercializados, el nivel de ahorro público y privado de la economía, productividad de la economía y de los sectores que la componen; valor agregado de los bienes y los servicios producidos, el tamaño de los intermediarios financieros y el grado de utilización de los servicios financieros por parte de los individuos.
Montás intervino en el panel ¿Debería la Regulación ser Uniforme en todo el Mundo? celebrado en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Paul Cezanné junto a Moustapha Niasse, ex Primer Ministro de Sénegal; Enrique Campo Mierelles, ex gobernador del Banco Central de Brasil; Mar Gudmundsson, ex gobernador del Banco Central de Islandia y el reputado consultor europeo Michael Aglieta, entre otros.
En el marco del evento que se inauguró el viernes y fue clausurado el domingo y en el que Montás participó acompañado del asesor del Ministerio, Luis Reyes, intervinieron, además, renombrados economistas e intelectuales de fama mundial tales Jean Claude Trichet, gobernador del Banco Central Europeo; Francis Fukuyama, norteamericano de origen japonés; Paul Martin, ex primer Ministro de Canadá; Angel Gurria, secretario general de la OCDE; Robert Reich, ex secretario de trabajo del gobierno de Bill Clinton; Enrique Iglesias, Secretario General iberoamericano; Roberto Labagne, ex Ministro de Economía de Argentina; el intelectual francés Jacque Attali y académicos de universidades como Harvard, M.I.T y de Paris.
Montás afirmó que es obvio que después de la crisis económica y financiera que explotó en 2007 es necesario un nuevo marco regulador y de supervisión, por lo que el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea se propone adelantar el Convenio Basilea III con el que se encaminan una serie de reformas que incluyen “aumento de la calidad del capital, aumento del nivel de los requerimientos de capital, constitución de colchones de capital, mejora de la gestión del riesgo, mayor supervisión y disciplina de mercado”.
Igualmente, se requerirá mejorar la gestión de liquidez con la introducción de una proporción de apalancamiento, un nuevo estándar de liquidez y requerimientos de más transparencia de la información.
Explicó que para poner en vigencia de manera gradual esta reformas se ha acordado un período transitorio que abarca desde el 1 de enero de 2013 hasta el 1 de enero de 2019, fecha en el que el nuevo marco regulatorio deberá estar totalmente implantado.
Advirtió que el Convenido Basilea III, en el diseño de los requerimientos de capital no distingue respecto al grado de desarrollo de los mercados financieros, por lo que es necesario tomar en cuenta que “en muchos países emergentes las instituciones financieras no tienen características propias de las instituciones financieras globales ni tienen las implicaciones sistémicas que tienen las instituciones de los países desarrollados para el sistema financiero global”.
“Es saludable que luego de la crisis haya cobrado fuerza el interés por lograr una regulación y supervisión coordinada del sistema financiero a escala global, y resulta muy positivo que el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria se haya ampliado en 2009 con la inclusión de Argentina, Australia, Brasil, Hong Kong, Sudáfrica, India, Indonesia, Corea del Sur, México, Rusia, Arabia Saudita, Singapur, Turquía y China”, expresó Montás ante un auditorio que lo recibió con aplausos.
Consideró que se debe revisar la implantación de Basilea II, que se inició en año 2004 y que muchos países no habían podido poner en marcha al momento de iniciarse la crisis financiera mundial en 2007.
Citó que en América Latina, una encuesta realizada por Federación Latinoamericana de Bancos, entre noviembre 2009 y junio 2010, que abarcó a 121 entidades financieras pertenecientes a 18 países de la región, arrojó que si bien la mayoría de los bancos latinoamericanos habían definido acciones destinadas al cumplimiento de los requisitos de Basilea II, “el 57% de los bancos de países latinoamericanos que forman parte del G-20 (Brasil, Argentina y México) respondieron que aun no se encontraban en las etapas previas a la implementación de Basilea II, mientras que solo un 27% de estos bancos respondieron que sí”.
Agregó que en el caso de los bancos de los países de la región que no forman parte del G-20, el 52% respondieron que no y 42% que sí.
Según la misma encuesta, las mayores dificultades que la banca de la región enfrentaba para poder implementar Basilea II eran las relativas a “la medición del riesgo porque no hay en la región mercados de capital o por la mayor volatilidad de los mismos; los costos involucrados en el equipamiento tecnológico que implican los requerimientos de Basilea II”.
Asimismo, la carencia de bases de datos históricos de riesgo para la aplicación de modelos internos, las insuficientes guías por parte de los organismos regulatorios locales, entre otros.
“Los países que más avanzaron en la dirección de poner en vigencia Basilea II fueron los de la Unión Europea así como Japón y varios países asiáticos. En lo que tiene que ver con Estados Unidos, la implantación ha sido asimétrica pues no se han aplicado a todos los bancos”, apuntó Montás.
Manifestó que “las particularidades regionales y locales jugaron un papel fundamental en la puesta en vigencia de Basilea II y esto debería ser tomado muy en cuenta ahora que se plantea Basilea III”.
Montás sostuvo que los países de América Latina no podrán quedarse fuera de las reformas que traerá consigo Basilea III, “especialmente los países con sistemas
A juicio del ministro de Economía, para el sistema financiero dominicano los nuevos requerimientos de calidad y cantidad de capital patrimonial “no parecen ser un reto mayor, ya que el marco regulatorio actual del país contempla requerimientos de capital similares a Basilea III en cuanto a cantidad y composición de éste”.
Citó el aspecto relativo al coeficiente de solvencia mínimo actual, que en República Dominicana es de 10%, mientras que el que propone Basilea III se sitúa en 10.5%. Adicionalmente la composición del capital patrimonial en el sistema financiero local incluye más de un 70% de capital primario.
Explicó que en cuanto a las consideraciones de gestión de riesgo, Basilea III introduce una serie de conceptos y nuevos métodos de cálculo y medición de riesgos que obligan a reflexionar sobre varios aspectos de los reglamentos actuales.
Esos aspectos son “la revisión de los métodos de evaluación de activos, incluyendo la discriminación de niveles dentro de una misma clasificación”, la aplicación de un tratamiento diferenciado de riesgo según la entidad emisora de deuda soberana e implementar cambios en los factores de ponderación de activos.
Además, la inclusión del riesgo de mercado adicional que se genera por las actividades de tesorería, la introducción de una reglamentación para operaciones con instrumentos derivados y el uso de los proporciones de liquidez y control de apalancamiento para valorar el riesgo de las instituciones.
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