martes, 10 de enero de 2012

El quehacer politico dominicano, verguenza pero realidad

Por Dr. José Antonio Coll
Sección de Opinión


Uno de los folklorismos más conocidos en la República Dominicana es el que determina las diferentes formas de hacer politica. Nuestros dirigentes en todos los partidos y desde Rafael Leónidas Trujillo, han fomentado su quehacer político sobre la base del clientelismos y el populismo.
El dictador gano adhesión entre la población mas necesitada, sobre la base de dadivas, regalos y galardones de grado a grado, según las simpatía que tuviera con los favorecidos.
Así los días de San Rafael, fecha de su natalicio, premiaba a la población con macutos en los cuales se incluían productos de la canasta familiar de entonces y rublos que eran recibidos con agrados por los y las dominicanas, también les favorecía con el apadrinamiento de sus hijos a los cuales los dotaba de unos pesos importantes al momento de bautizar las crías y de hacerse compadre de los padres de las mismas, es así como se garantizaba simpatía y poder.
El presidente Balaguer, adelanto mas y según los tiempos y organizo verdaderas instituciones destinadas a regalar ayudas a los más necesitados y creo lo que se llamo la CRUZADA DEL AMO, además de las viviendas, tierras y otros beneficios que desde el gobierno patrocino a fin mantener contenta a la población nacional.
A través de ayudas sociales y dadivas, se ha mantenido la politica desde el gobierno dominicano y ha sido ejemplo a seguir también por los partidos aun estando en la oposición. Los funcionarios, los diputados, los senadores, síndicos y regidores, Todos. Tratan de conseguir algo que dar a sus seguidores, por que con eso se ha sustituido los principios y las ideologías y ya nadie gana votos con saliva.
Las fechas comerciales más usadas para decir presente a sus correligionarios, son las navidades, las madres, la semana santa, y los procesos electorales, durante estos eventos, es natural y hasta NECESARIO, que el político dominicano se acerque en ayuda a sus seguidores o de lo contrario, se va muriendo. Y es que la cultura que nos ha enseñado, para bien o para mal es que votamos por quien nos garantiza soluciones inmediatas y nos facilita lo necesario para paliar las escaseces que se nos presentan.
Una caja al morir, una receta al enfermarse, una ayuda en la desgracia, un auxilio en la gestación, una mejora de la casa, un electrodoméstico o enseres necesarios, una tarjeta de solidaridad, una cedula arreglada, un pasaje para ir a votar, un trabajo, una ayuda o beca estudiantil, los reyes en navidad o una canasta o siquiera una cajita o una funda, son las herramientas que hay que tener para que la gente confíe en nosotros como alternativas de soluciones y con ello pueda ganarse el voto.
Si no somos capaces de entender que esto es una realidad y un estilo arraigado de hacer politica, estamos trabajando de espalda a lo que la gente entiende y estaremos soñando con votos que quizás no lleguen, aunque se esfuercen los dirigentes en grado extremo, por que EL QUE NO DA, DA ASCO.