sábado, 3 de marzo de 2012

Santo Domingo: De que hablan los políticos

Por: Por Dr. José Antonio Coll
Sección de Opinión



Una cosa es con violín y otra cosa con guitarra, eso lo dicen desde hace tiempo yse comprueba cada día mas. Ahora dizque el discurso del presidente Fernández,es político. Anja y como debía ser, el discurso de un pelotero o de algúndiablo cojuelo.
Lospresidentes son políticos antes de ser presidente y ese traje no se lo puede quitar jamás, sin violentar su condicióninalienable que los llevo hasta la primera magistratura del estado. Cada vez queun político habla, su discurso es de politica, y más aun de políticaidentificada con su postura ante la población, el país y el mundo.
Deque habla Hipólito cuando lo dejan hablar, de su forma política de ver los asuntos nacionales y de lo quees interesante para sus metas de volver al poder, (naturalmente, no puedehablar de sus obras o de sus logros desde el poder, porque de eso nadie seacuerda, porque no existieron) habla de sus amarguras y de lo que el entiendeque el opositor hizo mal, pero no puede compararlo con lo que él hizo, por que nohizo nada.
Medan risas algunos que, creyendo que ofenden o que descubren el agua tibia,dicen que el discurso de un presidente que termina su mandato, es político, porque recuerda sus obras y las compara con las que encontró, que les duele quequedaron al descubierto frente a la chercha de que el país está mal y de que sedebe cambiar para lo peor.
Señores,el discurso del presidente, fue real, informativo, instructivo (sobre todofrente a la inversión publica en áreas vitales y de reclamos como lo del 4%. laagricultura etc.), fue historico, sincero y patriotico y me identifico con la frase escogida del insigne JuanPablo Duarte, “”Nunca me fue tannecesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicioy sin corazón conspiran contra la salud de la patria””. Alque le sirva la camisa que se la ponga, porque eso fue dirigido a los malospoliticos dominicanos que pretenden regresar el país al atraso, a la falta decredibilidad, al estancamiento y al desconocimiento, en fin al atraso