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Redaccion Central
CARACAS, VENEZUELA.- Dos hombres y un transportista murieron baleados el sábado durante incidentes violentos en las ciudades venezolanas de Mérida y San Cristóbal, así como en el municipio San Diego del estado de Carabobo, en una jornada que estuvo dominada por nuevas protestas en algunos puntos del país.
El individuo, identificado como Jesús Orlando Labrador, de 40 años, murió tras recibir un disparo de arma de fuego en el tórax al ser atacado por presuntos grupos oficialistas conocidos como "colectivos", indicó el alcalde Carlos García.
En entrevista telefónica, García dijo a la AP que Labrador resultó gravemente herido cuando presuntos grupos oficialistas ingresaron a la barriada Cardenal Quintero de Mérida y comenzaron a disparar contra manifestantes.
En Mérida, que está a unos 600 kilómetros al suroeste de Caracas, se registró el sábado una marcha pacífica contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, pero al final de la jornada se presentaron eventos violentos en algunos puntos de esa ciudad cuando manifestantes se enfrentaron a la policía estatal, precisó el alcalde. En medio de esos incidentes fueron incendiadas varias unidades de transporte público.
Más temprano se registró la muerte de Argenis Hernández en un centro médico del municipio San Diego tras ser baleado la víspera en un hecho que ocurrió en esa localidad, indicó el director de Relaciones Institucionales de la alcaldía, Asdrúbal Farfán.
En tanto, el conductor, identificado como Wilfredo Rey, murió la madrugada del sábado luego de recibir un disparo en la cabeza el viernes por la noche durante supuestos ataques de grupos oficialistas contra viviendas de opositores que se mantienen en protestas callejeras desde hace más de un mes, dijo a la AP Sergio Vergara, alcalde encargado de la ciudad de San Cristóbal, en el estado Táchira.
La Fiscalía General no emitió de momento declaraciones sobre los incidentes ocurridos en San Cristóbal, el municipio San Diego y Mérida.
Miles de personas se concentraron el sábado en Caracas para marchar en pro o en contra del gobierno dentro de un ambiente de violencia.
Decenas de mil de opositores con camisas blancas y banderas venezolanas se dirigieron al municipio caraqueño de Chacao, mientras que miles partidarios del gobierno con sus vestimentas rojas marchaban al son de tambores y música al Palacio de Miraflores, donde los esperaba Maduro.
Cuando la protesta opositora había terminado y la gente se retiraba, marchaba, un grupo de jóvenes contrarios al gobierno intentó tomar una autopista y fue repelido por la policía nacional con bombas lacrimógenas y camiones cisterna, según constató la AP.
El gobierno advirtió que no permitirá que se bloqueen calles como sucedió precisamente en el municipio del Chacao en las semanas pasadas. Luego del incidente, que duró cerca de una hora, no se reportaron víctimas, pero sí muchas personas afectadas por los gases.
Desde la otra manifestación, Maduro reaccionó inmediatamente a los enfrentamientos.
"Hicieron su marcha, tengo informaciones de que fue pacífica toda", expresó el mandatario, y añadió que unos 150 violentos "se fueron enmascarados a tomar la autopista", lo que ocasionó la intervención de los uniformados.
"Alcalde Ramón Muchacho, usted es responsable por lo que pase en el municipio Chacao", agregó Maduro, refiriéndose a uno de los líderes opositores.
En las últimas semanas alcaldes de oposición fueron arrestados o llevados a los tribunales por permitir que se realizaran bloqueos de calles.
En las violentas protestas callejeras que se han producido en Caracas y ciudades del interior han fallecido 31 personas, entre ellas cinco guardias nacionales. Además han dejado 486 heridos y unos 1.700 arrestados, de los cuales sólo permanecen detenidos 121, a los que les abrieron proceso.
En las ciudades de Maracaibo, San Cristóbal y Mérida también se registraron manifestaciones contra el gobierno.
Por otra parte, el gobernador del estado de Miranda y ex candidato presidencial Henrique Capriles exhortó a los venezolanos a unirse para crear un "gran movimiento social que tenga la fuerza para plantarse frente al gobierno".
En medio de la concentración opositora se presentó Carlos Vecchio, coordinador político del partido opositor Voluntad Popular, quien se mantiene oculto desde finales del mes pasado luego que un tribunal ordenó su captura por su supuesta vinculación con los hechos violentos que se han dado en el país.
Más o menos a la misma hora, otra manifestación en apoyo a la gestión de Maduro también avanzó por las calles pero rumbo al Palacio de Miraflores, donde el gobernante anunció los esperaría.
Con camisetas rojas, carteles, tambores y música fueron avanzando, convocados en repudio a los ataques y saqueos de algunas instituciones públicas producidos esta semana.
"Salí a manifestar para rechazar las acciones vandálicas que se realizaron contra la UNEFA (Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana) y otras instituciones del Estado", comentó a la AP Carolina Rangel, una administradora de empresa de 30 años.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han protagonizado desde febrero protestas callejeras por la galopante inflación que en febrero alcanzó una tasa anualizada de 57,3%, el desabastecimiento de bienes básicos y la creciente criminalidad.
"No representan a un 10% los que apoyan a las guarimbas" (barricadas), expresó Maduro durante su discurso.
El presidente considera que las protestas son parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado. Esta es la primera crisis grave que enfrenta el mandatario de 51 años desde que asumió el gobierno en abril de 2013, luego de la muerte del presidente Hugo Chávez.
Durante un acto con empresarios en el palacio de gobierno, Maduro informó el viernes que las protestas callejeras de las últimas semanas han dejado daños materiales por unos "10.000 millones de dólares", según reseñó la Agencia Venezolana de Noticias.
El bloque oficialista, que ganó por amplia mayoría las elecciones municipales de diciembre, se ha mantenido cohesionado en medio de la crisis política y económica que enfrenta el país. En medio de la situación tensa, Maduro ha contado con el apoyo de la Asamblea Nacional, que es controlada por el oficialismo, el Poder Judicial, y las fuerzas armadas.
Paralelamente, la diputada opositora María Corina Machado, quien la víspera compareció en Washington ante la OEA en un puesto cedido por Panamá, regresó a Venezuela.
La parlamentaria enfrenta un proceso impulsado por el oficialismo ante el Tribunal Supremo para que se le quite su inmunidad y enfrente una acusación de instigar a la violencia.