Rousseff pidió que los brasileños colaboren en una
buena recepción de los turistas que irán al país para el Mundial.
BRASIL.- La presidenta brasileña
garantizó la plena seguridad durante el Mundial de fútbol que Brasil organizará
entre el 12 de junio y el 13 de julio y descartó la posibilidad de que algún
episodio violento pueda afectar al evento.
“El Mundial implica un
perfeccionamiento enorme de nuestra seguridad. Ofreceremos seguridad pesada”
"No hay la menor hipótesis de que el Gobierno tolere cualquier
violencia. No vamos a dejar que el Mundial sea contaminado. Se trata de un
momento importante para el país", aseguró la mandataria en un
pronunciamiento ante los miembros del Consejo de Desarrollo Económico y Social
de la Presidencia.
Pese a que no mencionó
directamente las manifestaciones que se han registrado en varias ciudades
contra el Mundial, algunas de las cuales han terminando en episodios violentos,
Rousseff dijo que el país está preparado para evitar eventuales actos de este
tipo que puedan empañar el evento.
"El Mundial implica un perfeccionamiento enorme de nuestra
seguridad. Ofreceremos seguridad pesada. Nuestras Fuerzas Armadas participarán
en carácter disuasorio, pero actuarán en toda la retaguardia de
contención", agregó la mandataria al hacer referencia a la participación
de militares en el plan de seguridad del Mundial.
Agregó que las Fuerzas Armadas actuarán en coordinación con los
cuerpos de policía del país y con los gobiernos regionales en las doce sedes
del Mundial.
Muchos de los afectados aseguran que el gobierno
está tratando de ocultar la pobreza de quienes viven en esos lugares.
"Hemos hecho reuniones sistemáticas y hemos estado pendientes de
todos los eventos, sin excepción", afirmó igualmente en alusión a las
manifestaciones.
Será el mayor oprativo para un
campeonato de FIFA
Tras las protestas contra los elevados gastos del Gobierno en la
organización del Mundial que sacudieron al país el año pasado, durante la
disputa de la Copa Confederaciones, varias organizaciones sociales han
convocado nuevas manifestaciones en junio y julio próximos.
Rousseff pidió que los brasileños colaboren en una buena recepción de
los turistas que irán al país para el Mundial, incluyendo algunos jefes de
Estado.
"Cada uno de nosotros es un receptor. El Mundial es una
responsabilidad del Gobierno, pero me gustaría que todos los brasileños nos
ayuden a recibirlos (a los turistas)", aseguró.
Sobre las inversiones públicas en la organización del evento de la
FIFA, Rousseff aseguró que las infraestructuras construidas o reformadas, como
sistemas de transporte y aeropuertos, beneficiarán a toda la población después
del evento.
El operativo planeado por el Gobierno brasileño para garantizar la
seguridad del Mundial 2014, que prevé la movilización de 170.000 policías y
soldados e inversiones por 1.900 millones de reales (unos 801 millones de
dólares), es el mayor ya realizado para un campeonato de la FIFA, según fuentes
oficiales.