Redacción Central
Cuando el 17 de diciembre Hernández regresó a
Cuba, junto a otros dos agentes del llamado grupo de "Los Cinco", preso
en Estados Unidos desde 1998, la mayoría de los cubanos centró su
atención en su reencuentro con Adriana Pérez, su esposa, a quien
Washington nunca otorgó visado para que lo visitara en la cárcel.
Las emotivas imágenes de la reunión de la pareja
conmovieron en la isla, donde su relación se convirtió en un símbolo de
la resistencia, pero a la vez sorprendieron, ya que Pérez, de 44 años,
recibió a Hernández con un avanzado embarazo, del que hasta ahora no se
tenían noticias en Cuba.
El hecho de que Adriana Pérez nunca haya podido
visitar a su esposo en prisión en los últimos 16 años disparó
especulaciones de todo tipo.
El primero en salir al paso a los lógicos
comentarios fue el propio Hernández, de 49 años, quien admitió a
periodistas en La Habana que se estaban divirtiendo con las reacciones
de la gente.
"Todo el mundo está preguntando, nosotros nos divertimos mucho con todos los comentarios y las especulaciones", dijo.
"En silencio ha tenido que ser", añadió Hernández
con una frase del prócer independentista cubano José Martí, que también
dio título a una conocida telenovela de finales de los setenta en la
isla sobre la vida de un espía cubano en Estados Unidos.
El agente argumentó que no se han dado muchos
detalles para no "perjudicar a nadie ni a las personas que tuvieron
buenas intenciones para ayudar".
"Hubo que hacerla a control remoto, pero aquí está
y todo salió bien", explicó Hernández, en referencia a la hija que
esperan, que nacerá en unas dos semanas y se llamará Gema.
Hoy medios oficiales cubanos comenzaron a publicar
notas sobre el tema citando medios y fuentes estadounidenses. Por
ejemplo, la web Cubadebate indicó que el Gobierno de Barack Obama
accedió a la petición de Adriana Pérez para que le facilitaran tener un
hijo con su esposo.
Un portavoz del Departamento de Justicia confirmó
hoy la noticia a Efe en Washington, y el senador estadounidense Patrick
Leahy medió para que se autorizase la reproducción asistida, como parte
de las negociaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos que
permitieron la liberación de los agentes y el restablecimiento de
relaciones diplomáticas bilaterales.
Otras fuentes citadas por Cubadebate indican que
el procedimiento de inseminación artificial a Pérez tuvo lugar en Panamá
y fue costeado por el Gobierno cubano.
La esposa del agente vive el momento con una emoción "indescriptible" y dijo que "valió la pena esperar todo este tiempo".
Hernández, un graduado de Relaciones
Internacionales en 1989, obtuvo la pena más contundente de las que
Estados Unidos impuso al grupo de cinco agentes en 2001, al ser
condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años de privación de libertad.
Hernández, junto a Antonio Guerrero, Ramón
Labañino, Fernando González y René González -considerados "héroes" y
"antiterroristas" en Cuba- integraba la red de espionaje "Avispa",
desmantelada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en 1998.
Todos admitieron ser agentes del Gobierno cubano
"no declarados" ante Estados Unidos, pero dijeron espiar a "grupos
terroristas de exiliados" que conspiraban contra el entonces presidente
Fidel Castro, y no al Gobierno estadounidense.
El hecho de ser el más joven de los agentes y el
único en recibir cadena perpetua, así como su carisma y fortaleza, ubicó
la causa de Hernández entre las más populares y desesperadas del grupo,
y a Pérez, en una de las principales portavoces de la campaña por su
excarcelación.
Ingeniera de profesión, Pérez llegó a ser diputada
a la Asamblea Nacional, y fue una de las defensoras más locuaces del
caso ante Parlamentos, juristas y políticos del mundo.
Casados en 1988, pero con una relación que casi se
remonta a la adolescencia, Pérez y Hernández se dejaron de ver cuando
ella tenía 28 años y él 33.
El imaginario de los cubanos convirtió en una
especie de épica romántica la constancia de Pérez y sus relatos del amor
que compartía con Hernández en la distancia, si bien otros tres agentes
también estaban casados y sus esposas participaron asimismo en las
campañas por su regreso.
El pasado sábado Pérez y Hernández aparecieron
tomados de la mano y llorando de emoción en un concierto televisado del
cantautor cubano Silvio Rodríguez, que celebró el regreso de "Los
Cinco".
Para muchos en la isla esas imágenes fueron una
especie de confirmación del final feliz de la pareja que vivió la
historia más dramática de "los cinco", un caso que marcó el diferendo
político entre Cuba y Estados Unidos en los últimos años.