Opinión
La planificación, ejecución y la supervisión, son elementos claves en
el accionar educativo, por eso siempre se dice que la educación no se puede
politizar porque los procesos educativos se convierten en demagogia y
estamos sorprendidos cómo están llevando a la campaña electoral el problema de
la tanda extendida, donde se plantean, según el presidente candidato, Danilo
Medina, que en el 2016 todos los niños entran a la jornada educativa extendida.
Nunca había oído tan grande locura, sin evaluar lo que ha pasado hasta hoy, sin
corregir las grandes trabas y dificultades que
mantienen las escuelas de jornada extendida, tales como: exceso de
estudiantes, donde a cada profesor le ponen 50 y 60 muchachos por aula; el
profesor trabaja a mano pelada, sin materiales, los muchachos sin libros; con
un registro que no es posible llenarlo ni que le pongan tres ayudantes al
profesor, y los maestros lo han bautizado con el nombre de la caligrafía.
Otra gran dificultad es que los profesores están de manera
presencial ante los alumnos desde que llegan hasta las 4 de la tarde,
convirtiéndose en niñeros y ya para el tercer día no tienen voz y todo sin
hablar de la falta de nombramiento del personal tallerista que debe acompañar a
los profesores, y se pueda incluir las clases de idiomas, música, artes,
deportes y una serie de actividades más que conforman el aprendizaje global que
deben tener los y las estudiantes.
Si vamos a incluir a todos los niños del sistema, con el gran problema
que hay con el desayuno, almuerzo y merienda escolar, que ya son repetibles las
denuncias de comidas contaminadas, con gusanos, intoxicaciones de los
estudiantes y una serie de dificultades más, pues para nadie es un secreto que
esos alimentos no se preparan en las escuelas ni están involucradas las
comunidades, a veces son llevados de lugares remotos, a cientos de kilómetros
de los beneficiarios. Además que la mayoría de los centros no tienen resuelto
el problema del agua ni para uso de las instalaciones y mucho menos para el
consumo humano.
Por todo esto, creemos que es necesario hacer una profunda evaluación
de lo que se tiene hasta hoy, con la distribución necesaria y a partir de ahí
ir incorporando, mediante una verdadera planificación, pues no estamos haciendo
un bien a la educación dominicana, si todo el proceso se reduce a darles un
plato de comida o un pan duro a estos niños que requieren de una dieta alimenticia
con todos los ingredientes y calidad, tal y como hemos acordado en
numerosas ocasiones.
Y por un populismo mediático, no es aconsejable decidir cuestiones de
futuro, pues cuando pasen 4 ó 5 años querrán cargarles el dado a los
maestros por las dificultades y los malos resultados del proceso.
Esta sociedad tiene que reflexionar, con la participación de todos los
sectores y que se haga un levantamiento de la situación real. No es tan sólo
dinamizar el sector agropecuario y demás, porque la educación no es simplemente
comer. Y detrás de estas pretensiones se esconden otros propósitos. Así no,
señores autoridades. No sigan haciendo promesas populistas que dañarán más a
nuestro maltrecho sistema educativo.
Llamamos a los padres y madres para que se empoderen y sepan que deben
participar en el manejo de ese 4% del Producto Interno Bruto –PIB--, procurando
que su inversión se haga de acuerdo a las necesidades de las comunidades y no
de los caprichos de funcionarios de turno.-