Redacción Central
EE.UU.- El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) anunció el regreso de una práctica que había quedado en pausa: las visitas sorpresa a hogares, lugares de trabajo y entornos personales de quienes están en proceso de obtener la ciudadanía estadounidense. De acuerdo con la agencia, el objetivo es verificar la “buena conducta moral” de cada aplicante, un requisito indispensable para completar el trámite. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
La reactivación de estas verificaciones levantó preocupación entre abogados y solicitantes. Según explicó el abogado de inmigración Álex Gálvez, la medida autoriza a los oficiales a entrevistar a cualquier persona que consideren relevante para determinar el carácter moral del candidato. Esto puede incluir a familiares, amigos, empleadores y hasta vecinos, sin previo aviso.
Para muchos inmigrantes, esta clase de visitas resulta invasiva. “David”, un solicitante de ciudadanía cuya identidad se reserva por seguridad, asegura a Univision Noticias que no teme por su historial, pero sí le incomoda la manera en que se está aplicando la medida. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
En su opinión, la administración actual “está buscando trabas para frenar la inmigración, para frenar que la gente se haga ciudadana y vote”.
El retorno de estas inspecciones llega junto con un examen de naturalización más extenso, parte de una serie de ajustes que, según expertos, podrían demorar aún más los procesos. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
Gálvez advierte que “inmigración está buscando otra manera de poner trabas… para inculcar miedo y disuadir a algunos de aplicar”.
Sin embargo, el abogado señala que sí existe una forma de reducir el riesgo de recibir visitas sorpresa y, a la vez, agilizar el trámite. USCIS permite que el solicitante entregue por escrito declaraciones firmadas por vecinos, compañeros de trabajo o miembros de su comunidad religiosa. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados." Con esa documentación, los oficiales podrían considerar innecesarias las entrevistas presenciales.
David, quien ha sido residente permanente por más de dos décadas, lamenta no haber iniciado este proceso antes. “Conozco gente que en dos, tres meses ya eran ciudadanos”, dice, recordando tiempos en que la naturalización era más rápida y menos intimidante. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."