"La vista tendrá lugar con toda
probabilidad antes de que termine el año, los jueces del Tribunal
Federal tienen que revisar mucha documentación sobre el caso", indicó a
Efe Kitson Foong, abogado de los mexicanos González Villarreal.
Según Foong, los hermanos se
encuentran en la prisión de Pahang, situada unos 185 kilómetros (114
millas) al noroeste de Kuala Lumpur, la capital de Malasia.
Los mexicanos de 34, 37 y 45 años,
fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 en una redada realizada por la
Policía malasia en la ciudad sureña de Johor, junto a un ciudadano
malasio y otro singapurés, que también están condenados a muerte.
Los hermanos González Villarreal,
nacidos en Culiacán, Sinaloa, alegan que sólo fueron contratados para
limpiar el lugar y que no sabían nada del negocio ilícito, mientras que
la Fiscalía insiste en que encontraron restos de droga en sus ropas y en
las manos.
Ante las rígidas leyes malasias no hay mucho que México pueda hacer
El Alto Tribunal de Kuala Lumpur
condenó en mayo de 2012 a los mexicanos a morir ejecutados en la horca,
sentencia que confirmó el Tribunal de Apelaciones un año más tarde. El
Tribunal Federal es la única instancia a la que pueden apelar los
condenados.
Aunque Sinaloa es conocida por
acoger uno de los mayores cárteles de la droga, los hermanos González
Villarreal no tienen antecedentes penales y crecieron en una familia
humilde de siete hermanos, de los que el menor murió en un robo.
El gobierno de México, que se opone
a la pena capital, ha afirmado que "hará uso de todos los medios a su
alcance" para revocar la sentencia de muerte impuesta a los mexicanos.
Sin embargo, no hay mucho que México pueda hacer ante las rígidas leyes de Malasia, un país en su mayoría musulmán.
De fracasar su apelación ante el
Tribunal Federal, la última opción para Luis Alfonso, Simón y José
Regino es solicitar el perdón del sultán Abdul Halim Muadzam Shah.