sábado, 19 de diciembre de 2015

Redacción Central

WASHINGTON.- El cambio de rumbo monetario de la Reserva Federal (Fed), que esta semana anunció su primera subida de tipos de interés desde 2006, marca la salida de EEUU de la crisis y sitúa a la primera economía mundial en la senda de ajuste "gradual" justo cuando los emergentes dan señales de debilidad.
Los mercados habían descontado en gran medida la subida de tipos de interés en EEUU de un cuarto de punto, que dejó las tasas de referencia entre el 0,25 % y el 0,50 % como resultado de las señales "bien telegrafiadas" de la Reserva Federal (Fed), indicó el banco de inversiones Goldman Sachs en una nota a sus clientes.
"Creemos que la decisión de la Fed supone un ajuste cauteloso, con la mirada puesta sobre la inflación y los mercados financieros", apuntaron los analistas de Goldman Sachs.
El banco de inversión remarcó como clave la "flexibilidad" mostrada por la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y su insistencia en que el futuro del proceso de ajuste será "gradual" y "no predeterminado".
Pese a que los analistas coinciden en que el anuncio de la Fed no supuso sorpresas, lo cierto es que desde dentro del organismo se reconoce lo excepcional del periodo previo.
Durante la rueda de prensa posterior a la divulgación del comunicado emitido tras la reunión, Yellen subrayó que "esta acción marca el final de un periodo extraordinario de siete años de tipos cerca de cero para apoyar la recuperación de la economía tras la peor crisis financiera y recesión" en 80 años en EEUU.
Cuando la Fed redujo de manera abrupta los tipos hasta dejarlos cerca de 0 % a finales de 2008, pocos estimaban que sería el inicio de siete años de precio del dinero prácticamente sin coste.
En este sentido, el predecesor de Yellen, Ben Bernanke, reconocía esta semana en una entrevista con Marketwatch que el alza de tipos era un "hito" en la política monetaria en la primera economía mundial y que nunca se había imaginado que las tasas a 0 % se mantendrían "durante tanto tiempo".
Uno de los aspectos que más dudas generan del encarecimiento de precio del dinero en EEUU es el nuevo panorama generado de divergencia monetaria mundial.
Por un lado, la Fed empieza a tocar el freno, mientras que otras grandes economías avanzadas, como la zona euro y Japón, mantienen el acelerador pulsado, ambas inmersas en multimillonarios programas de estímulo monetario.
Como primera consecuencia, el dólar continuará con su senda de apreciación frente al resto de monedas, algo que, sin duda, será bienvenido por Europa y Japón, que aún pelean con frágiles economías y verán un nuevo impulso en su sector exportador.
Tras la decisión de la Fed, tanto el yen como el euro descendieron hasta marcar sus niveles más bajos en una semana.
Para los emergentes con problemas macroeconómicos y altos niveles de deuda en dólar, sin embargo, esta subida de tipos en EEUU "les recordará que su espacio de maniobra se ha reducido aún más, y que no les queda mas que avanzar en reformas estructurales", aseguró Eswar Prassad, profesor de la Universidad de Cornell University, en un artículo en el diario The Wall Street Journal.
Prassad apuntó, en concreto, que las "dificultades" aumentarán en economías como las de Brasil, Rusia, Turquía o Venezuela.
En esto coincide Goldman Sachs, que tampoco ve "grandes movimientos" de cartera hacia EEUU dada la pequeña escala de la subida en un cuarto de punto.
Ese banco apunta a que las presiones sobre los activos financieros de los emergentes estarán marcados "más por los precios de las materias primas, el crecimiento de China y los fundamentos económicos locales" que por la política de la Fed.
Por si acaso, el Banco de México fue el primero en reaccionar y anunció el jueves la subida en 25 puntos base del tipo de interés de referencia y lo situó en el 3,25 % para evitar una "depreciación adicional" del peso mexicano, un día después del anuncio de la Fed.