miércoles, 25 de junio de 2008

Juan Bosch o el respeto de un hombre por sí mismo

Por Aquiles Julián

SANTO DOMINGOLa frase inmortal es de Martí: "Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres". Y ese decoro llevó a Juan Bosch a respetarse a sí mismo, lo cual es el mayor respeto que se pueda tener por los demás.
Entre nuestros prohombres, entre los prohombres de América, Juan Bosch destaca como un ejemplo de decoro y honestidad llevados al límite. Su dignidad y pundonor eran paradigmáticos: su vida fue un magisterio modelado en vivo para educar en valores, en principios, a sus contemporáneos y servir de referencia a las nuevas generaciones.
"Los hombres pueden caer, pero los principios no", escribe en los amargos momentos en que era despojado por la fuerza de la presidencia que el pueblo dominicano le concedió en las elecciones del 1962.
Frente a la ambición y a la infamia, escogió los principios. Y su luz siguió refulgiendo, esclareciendo a una sociedad enceguecida por la prevaricación, los oportunismos y las claudicaciones.
Juan Bosch, de la madera de Martí, de Duarte, de Betances, de Hostos, de la madera con que América ha forjado sus héroes y sus mártires, es referencia obligada cuando hablamos de principios y valores innegociables. Ahora, cuando conmemoramos el 99º aniversario de su nacimiento en Río Verde, La Vega, Libros de Regalo se enorgullece en compartirles cuatro cuentos de este maestro del cuento, de la historia, de la sociología, de la política y, sobre todo, del decoro y el honor.

No hay comentarios: