jueves, 18 de diciembre de 2008
Comerciantes e Industriales de Santiago ven perspectivas deel 2009 podrían ser poco alentadoras
Por Máximo Torres
Redacción Central
SANTO DOMINGO. La Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS) expresó este jueves que en el marco de la crisis que registran las actividades económicas del país sensibles a los efectos negativos de la debacle financiera internacional - las perspectivas de la economía nacional para el año 2009 serán cada vez menos prometedoras si las autoridades oficiales continúan posponiendo la adopción de una agenda coherente y racional para encarar los desafíos fiscales y monetarios, que implique sacrificios y concesiones de todos los actores sociales así como un compromiso real en materia de gestión del gasto público en aras de limitar su expansión.
A propósito de una evaluación del año 2008 y análisis sobre las perspectivas del 2009 realizada por la ACIS, el Lic. Luís Núñez presidente de esa entidad, declaró que dicho instrumento de valoración arrojó unas proyecciones pesimistas y de preocupación de parte de los sectores productivos consultados a juicio de los cuales las perspectivas del futuro 2009 está matizada de incertidumbre, ante la disminución acentuada de las actividades de negocios en todas sus variables y la consecuente contracción financiera resultado de esta merma.
De forma categórica, el dirigente empresarial precisó que la disminución de las remesas constituye uno de los efectos negativos imposible ya de soslayar, y aunado al entorno de dificultades que está padeciendo la agroindustria y las zonas francas, sectores insignia de la región, por virtud de consecuencia el ciclo económico de las actividades comerciales y de negocios está siendo seriamente lesionado.
“La situación de adversidad que experimentan los sectores productivos nacionales, y de manera particular los de Santiago en el desenvolvimiento de sus actividades, expresado en la caída de las ventas y de los cobros mantiene en un estado de preocupación e incertidumbre a los agentes económicos, por lo cual estimamos que resulta imperativo llamar la atención de las autoridades del país a explorar.
iniciativas enmarcadas en la política fiscal y monetaria en pro de paliar los efectos negativos de la crisis en los sectores que están siendo sensiblemente afectados”, proclamó Núñez.
A su juicio, aunque el anuncio sobre la firma de un acuerdo de monitoreo con el Fondo Monetario Internacional FMI, y la ratificación oficial de que no se producirá una reforma tributaria es relevante porque envía señales positivas a los agentes económicos, no es suficiente para incrementar el nivel de confianza y expectativas de esperanza de la población de que habrá mejoría en el futuro inmediato.
A juicio de Núñez, el nivel de confianza de un país es de relevancia capital y si éste se encuentra preso del pesimismo baja su productividad y no se desarrolla.
Resaltó que los retos y desafíos que presagia el año 2009 ante el presente de dificultades que padece la economía nacional, demanda de la búsqueda de un objetivo de trascendencia que solo puede ser alcanzado con la concertación de voluntades y sacrificios del liderazgo político económico y social.
Recordó que el boom de las importaciones y el deterioro de las exportaciones en el año que concluye elevaron el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos a casi un 12% del PIB, déficit que representa alrededor de 5,000 millones de dólares.
En adición, dijo que la política fiscal también originó un déficit que ha llegado a un 5% del PIB, ya que los ingresos públicos que superaron los 450 mil millones obtenido a partir de las recaudaciones gubernamentales producidas por las últimas reformas tributarias en el transcurso de los cuatro años anteriores, más la aplicación de medidas administrativas –como el número de comprobante fiscal- incrementaron el precio de todos los bienes y servicios del país, reduciendo el ingreso disponible real del pueblo dominicano.
“Por tanto, la consigna del año 2009 debe ser prudencia y austeridad en el gasto público en aras de favorecer la inversión, y de hecho es a la presidencia que le corresponde sin dilación evidenciar un cambio de actitud creando las condiciones conducentes a materializar este objetivo, que además contribuiría a incrementar la credibilidad gubernamental”, acotó finalmente Núñez.
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