Por. Miguel Ángel Severino Rodríguez
Las elecciones de medio tiempo, de mayo venidero, no forman parte de la agenda de prioridades de la Alianza Revolucionaria, y todo el sector perredeista leonelista. Nuestro sector trabaja en las tareas de organizar y cohesionar la militancia, en definir y articular el cuadro y la estructura de dirección y el liderazgo sectorial e institucional de cara a consolidar y fortalecer nuestra identidad política a nivel nacional, regional, provincial y municipal respectivamente.
La Alianza Revolucionaria considera que las elecciones de medio tiempo son un desafío, un reto, una apuesta y una excelente oportunidad para que el liderazgo partidario ponga a prueba, ante el electorado nacional, su visión, su capacidad, su entereza, su voluntad política a la vez que pueda presentar el conjunto de propuestas legislativas y municipales orientadas a buscar y dar soluciones, firmes, al drama social que nos distancia del estadio del desarrollo y del proceso de generación de riquezas y empleos productivos, ..que demanda y reclama día a día la sociedad.
La dirección ejecutiva de la Alianza Revolucionaria pondera, de manera positiva, el hecho de que las distintas fuerzas políticas (grandes, medianas y pequeñas) participen, por separado, en las elecciones legislativas y municipales del 16 de mayo del 2010, en virtud de que mayo es una buena oportunidad para que el electorado nacional pueda conocer, diferenciar, apreciar y valorar el perfil ideológico, doctrinal, programático, ..así como la conjunción de valores éticos y morales de los actores partidarios y del liderazgo actuante.
Por otra lado la dirección nacional, corporativa, de la Alianza Revolucionaria tiene a bien participar al sector perredeista leonelista que el comité político del PLD no nos ha invitado, aun, a participar en las elecciones legislativas y municipales de mayo venidero. En tal sentido nos corresponde esperar las orientaciones finales del Presidente de la República.
No obstante, y ajeno al proceso electoral venidero, la Alianza desarrolla su propia agenda política en todo el país,.. en aras de fortalecer y afianzar su liderazgo social y político en toda la geografía nacional.
A una década de iniciar el presente siglo es tiempo de que los partidos políticos, y el liderazgo nacional, nos concentremos en presentar, en el marco de la agenda nacional, al ciudadano, y a toda la comunidad nacional en su conjunto,..el plan estratégico de desarrollo productivo del país, el nuevo modelo de seguridad y paz ciudadana, el conjunto de principios, premisas y valores corporativos y ciudadanos en términos sociales, éticos y morales, y el modelo de organización y gestión del gobierno de conformidad al proceso de crecimiento ..y a los cambios experimentados, a nivel nacional e internacional, por la sociedad, el mercado, la ciencia, el sector público y los objetivos modernos que cumple hoy el Estado.
Reiteramos nuestro compromiso con la democracia, la sociedad, el pueblo y el ciudadano en sentido general y abrazamos el ideal de dar a la Patria un pliego de valores, principios y preceptos que nos transporten, de manera firme y segura, al estadio del desarrollo y de la riqueza desde una perspectiva ética con miras a consagrar nuestra sociedad como modelo de nación de cara al siglo xxi.
Los partidos políticos de nuestra democracia carecen del valor agregado de un perfil de políticas públicas de alianza que promueva el desarrollo y la conjunción de propuestas marcadas por el deseo de bienestar y progreso del ciudadano común en sentido general.
No somos partidarios del modelo de alianzas que exhibe la democracia dominicana. En cambio aspiramos, en tal sentido, a que todas las fuerzas políticas participen, por separado, en las próximas elecciones legislativas y municipales.
El país democrático nos reclama un nuevo modelo de sociedad partidaria centrada en valores holísticos y ciudadanos orientados al proceso de generación de riqueza y empleos productivos y a la consagración de una sociedad erigida en la paz y seguridad ciudadana en términos políticos, sociales y jurídicos.
Las elecciones de medio tiempo han de ser consagradas como la prueba democrática para el quehacer partidario y el propio liderazgo político, gremial, empresarial, social e intelectual en sentido general.
No a la alianzas improductivas. Si a la participación individual de todos los Partidos en las elecciones de medio tiempo.
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