lunes, 27 de diciembre de 2010

pobreza de la democracia…


Por Miguel Ángel Severino Rodriguez
Columnista

Si bien es cierto que la democracia descansa, entre otros valores, en el precepto o regla de las mayorías (a la vez que queda erigida a partir de una constitución, un Estado de derecho, la teoría y el principio de la división de poderes, el derecho a votar y ser votado, protección del derecho de propiedad, el rol y funcionamiento del sistema de partidos, la libertad de expresión, libertad de asociación, los derechos humanos) no es menos cierto que esto no ha sido ni es suficiente cuando se trata de perfilar y modelar el estadio del desarrollo de la sociedad del hombre, libre y autogestionario, en términos de bienestar y progreso, en el contexto de la anhelada paz, y seguridad ciudadana.
Hoy, a mas de cuatro siglos del la constitución del Estado moderno, la sociedad queda, aun, vestida y desnuda, y al desnudo en la pobreza de la.. y una democracia, pobre, que no ha sido capaz de dar el salto holístico hacia la generación de riqueza, y, de, empleos productivos de una manera abierta e incluyente, y sin restricción de etnia y clase social alguna.
La democracia, que es vista como una forma y un modelo de organización social e institucional de y para grupos de personas alrededor del Poder, descansa en la “totalidad” de sus integrantes como expresión en el marco del proceso decisional de la voluntad colectiva, corporativa, de quienes las integran, que y a la vez es regenteada por el mecanismo político partidario y por demás democrático del sufragio universal, sin ningún valor agregado en términos de logros y de progreso social, material, espiritual y cultural.
En otro orden, la democracia es planteada como la estructura y una forma de gobierno articulada mediante mecanismos de participación de la población, los cuales no logran trascender mas allá de conferir legitimidad y poder a los representantes con la consabida perdida de poder y ausencia de vocación revocatoria y sanción para el mal o la ineficacia, característica, del y por el gobierno de turno, y sobre todo.. para aquellos que ostentan el Poder por el poder mismo.
Gobiernos vienen y gobiernos se suceden, unos tras otros, sin la sociedad llegar al estadio del desarrollo, y sin llegar a la concreción de la seguridad ciudadana, de la paz social y sobre todo a la seguridad jurídica, patrimonial y de mercado, tan necesarias como para sustentar un modelo y modelar, de manera eficiente, la producción y el consumo de bienes y servicios, ejes del desarrollo, el bienestar y el progreso de las naciones, los sectores sociales y de sus individuos, respectivamente.
La sociedad del siglo xxi sigue a la vanguardia de la generación de y la pobreza democrática, pues esta, la pobreza, ha llegado, de manera eficiente, a la colectividad social…
Y, es tan latente la pobreza como producto terminado de la sociedad democrática que el modelo partidario, electoral, descansa en la “promesa” a tal extremo que aun el partido de gobierno pide al electoral un voto de confianza para, en un nuevo periodo, hacer lo que no ha podido realizar…
Por igual, los partidos de la oposición centran su táctica electoral en promesas, y en los desafíos no cumplidos por el gobierno de turno.
Es tan pobre la democracia que nadie llega la Poder anclado en una propuesta programática erigida sobre valores democráticos, morales, y sobre todo de y en una propuesta y agenda para alcanzar o dar un salto hacia el desarrollo..
De igual manera quien gobierna no pierde el Poder por los meritos y propuestas de la oposición, sino por no poder cumplir con las expectativas y reclamos de la población, y por alejarse de los valores presupuestarios en términos morales, de transparencia y ética.. de los pueblos en sentido general.
El partido gobernante pierde las elecciones, como en el baloncesto, por faltas graves acumuladas durante el juego.
En tan sentido, son los sectores comerciales (pequeña y mediana burguesía), los intelectuales y la clase media en sentido general que, afectados por las malas practicas, deciden, en cascada social, retirar el respaldo al gobierno de turno y buscar una opción para salir de quien pesa mas como pasivo social que como activo democrático y político.
El partido de gobierno pierde las simpatías y las elecciones, desde el Poder, cuando su pasivo social, democrático, es superior al activo partidario, político democrático.
Es decir, nuestra democracia es tan pobre que su principal valor de cambio es el pasivo social e institucional contraído por los gobernantes de turnos, con respecto a la sociedad gobernada.
Ahora bien cuales (¿?) son los rubros característicos que integran el pasivo democrático de los gobiernos.

La respuesta es obvia.

Inseguridad ciudadana, jurídica, patrimonial y de mercado, drogas, narcotráficos, sicariato, corrupción, pobre educación, justicia denegada y tardía, sistema de salud ineficiente, energía mala y cara, alta tasa de tributos y de erosión tributaria, carreteras y caminos vecinales en mal estado, impunidad, alto costo de la vida, y sector agropecuario improductivo, entre otros, constituyen el pasivo del Estado y del gobierno con respecto a los reclamos y a las expectativas de los ciudadanos y la población en sentido general.
Cuando el pasivo de una empresa, o agente de mercado, es superior a su activo estamos ante una bancarrota, quiebra. Por analogía, podemos establecer que cuando el pasivo de un gobierno es superior a su precario activo la población le pasa factura en las próximas elecciones sin reparar los meritos de la oposición.
En tanto podemos concluir que estamos ante una democracia pobre, como la nuestra, se puede inferir la siguiente hipótesis…
..las elecciones del 2012 bien podrían bien decidirla la relación pasivo / activo del gobierno.
Cuestión de pobreza democrática, pobre..

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