Redacción Central
Fuente. Quivo
Fuente. Quivo
El día que las torres
cayeron fue el mismo que Sarah Marie Case firmó su contrato para servir
en la milicia. Con 19 años, Case fue advertida por su recrutador que
posiblemente sería desplegada. "Mi padre me miró y dijo 'bueno por eso
te enlistaste'", recuerda.
MUNDO.- Después de
firmar un contrato de ocho años y dejar el boot camp, recibió una
llamada de que su padre, que había sido diagnosticado con cáncer de
próstata unos meses atrás, había empeorado.
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Case
regresó a casa con la idea que a su padre le quedaban meses de vida,
pero murió 7 días más tarde. Después de la muerte de su padre, ella se
sintió determinada de terminar su entrenamiento, pensado que era lo que
su padre hubiera querido.
Ella se graduó primera de su clase y fue enviada a Iraq en 2003 y 2004, donde trabajó en artillería.
Durante
la guerra experimentó cosas muy difíciles como la muerte de su mejor
amiga, Michelle Witmer o poner su vida en peligro dando juguetes y ropa a
niños con necesidades especiales que habían sido abandonados en un
orfanato. Cuando regresó a casa, ella padeció Estrés post-traumático.
Ella explica que no puede hablar de muchas
cosas que vió pero que está agradecida por su tiempo de servicio porque
le permitió apreciar las cosas que tiene en América como el papel de
baño o el hielo. "Cada día de servicio me enseñó a ser agradecida por
todo lo que tengo," dice.
Después de su baja honorable, Case aprendió a copiar mecanismos para manejar su PTSD, y tener a su hijo Elijah Daniel.
Todo iba bien hasta que un día, cuando Elijah tenía dos meses, ella sintió un bulto en su pecho.
Ella
creyó que era por dar pecho, y aunque erá muy doloroso amamantar, fue
hasta que el dolor se extendió a su axila que fue al doctor.
Le dijeron que era demasiado joven para una mamografía, pero cuando la hicieron la mandaron a hacer otros estudios.
El
11 de junio de 2011, recibió la llamada con el diagnóstico de Cáncer de
seno en etapa 3B invasivo, que se extendió a los nódulos linfáticos.
"Mire a mi hijo helada" recuerda, "había un plan y el me necesitaba."
Debido
a la intensidad de su cáncer ella comenzó una intensa fase de
quimioterapias, perdería el cabello en 7 días por lo que sus familiares
le organizaron una pequeña boda.
Días después de la boda, ella afeitó su cabello.
Recibió
30 tratamientos con tres diferentes tipos de quimio, una mastectomía de
lado izquierdo, disección de nódulos linfáticos, 35 tratamientos de
radiación y 4 cirugías.
Debido a la agresividad
de su tratamiento, ella perdió todos sus óvulos. Por lo que se volvió
infértil. Ella tomó fuerza del recuerdo de su padre quien todos los días
comenzaba la jornada diciendo "¡Es un gran día para vivir!"
En
Marzo de 2016, en un análisis de rutina descubrió que estaba embarazada
de nuevo, por lo que su esposo y ella le llamaron un "hermoso milagro"
Durante su embarazo ella conoció a otra
madre llamada Caitlin Dowden quien se ofreció a ayudarle donándole leche
materna. Cuando su hija Elliana nació, ella tenía su dotación de leche.
Hoy
Elliana crece rápido y come como loca. "Me llena de felicidad que está
recibiendo los mejores nutrientes y su vida comenzó con un gran acto de
bondad", dice Case.
Ahora con 4 años de
remisión, Case continúa con sus revisiones de rutina cada 6 meses y
aunque dice que siente miedo de que vuelva el cáncer, ella se enfoca en
disfrutar a su familia y las bendiciones que ha recibido.