Opinión
Los
resultados de la evaluación de desempeño no deben servir para culpar a los
maestros y las maestras, el responsable de tales resultados es el sistema, pues
los maestros son preparados por las universidades y luego entran al sistema y
se pasan años y años dándoles cursillos, pero nada de enseñarles a aprender a
aprender y a desaprender para seguir aprendiendo.
Consideramos
que estos resultados deben ser analizados en los distritos, en las escuelas
para que se vea el caso particular de cada docente, y se tomen las medidas
necesarias para comenzar a revertir eso, pues no solo se trata de que los
maestros que no les debemos exculpar de su cuota, no están capacitados, no los
hemos preparados, hay que ver el contexto, por ejemplo haciéndonos las
siguientes interrogantes: cuál era el ambiente escolar en que se
desenvolvió ese maestro?, cuántos alumnos tenía en su aula?, creen que un
maestro con 50 y más alumnos en jornada escolar extendida puede lograr sus
objetivos?, tienen los maestros todos los recursos disponibles para la
preparación de sus clases?, estamos convencidos de que los maestros de tanda
extendida tienen todos los elementos y el tiempo para planificar?, cuando
pueden hacerlo?. Se han puesto a pensar ustedes qué es lo que pasa con ese
registro, que es la aberración más grande que ha podido caer en las manos de un
docente?
Hemos hecho
conciencia de si realmente estamos aplicando el nuevo currículo por
competencia?, quién ha capacitado y preparado al maestro para manejar los
libros de textos que tratan sobre esto? Y los padres están realmente
involucrados en la educación de sus hijos, con esta situación social y económica
en que están conviviendo nuestros muchachos? Hasta dónde quienes acompañan a
los maestros y las maestras han demostrado el nivel y la capacidad para su
tarea básica no de supervisión, sino de acompañamiento? ya evaluaron a los
directores y técnicos?, cómo llegaron ahí?, por capacidad o por política? Es
que esto también se refleja en los resultados.
Consideramos
que es una gran oportunidad para que a partir del 1 de agosto se le cambie toda
la visión a esos talleres y se haga una planificación por escuela, donde se
analice el caso de cada maestro y sepa qué es lo que se debe fortalecer, si es
sobre contenido, si es que no llegaron los libros, si es la falta de
materiales, si es que tenía una alta matrícula de estudiantes, o es que no sabía
manejar el currículo por competencia, etc.
Analizando
todo el entorno se puede lograr mejorar y saber que es lo que necesitamos
hacer, para que los alumnos aprendan, pues este el propósito fundamental del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
No podemos
terminar esta reflexión sin decir lo que les corresponde a las universidades,
donde hemos de saber qué enseñan, cómo lo hacen, qué tiempo es necesario para
que se preparen bien a los maestros. Creemos que la mejor forma de avanzar y
corregir los problemas es democratizando el sistema, tenemos buenos pedagogos
que pueden aportar en la formación del maestro y la maestra que queremos. Y
ojalá actuemos ahora, porque de lo contrario pasaríamos un largo tiempo
perdidos en la oscuridad.